¿Por qué son tan frecuentes las reinfestaciones de plagas?
Algunas especies de plagas que tradicionalmente no se consideraban económicamente relevantes, como los pulgones, actualmente causan gran daño en las cosechas. Insectos cuya población se regulaba en el pasado de manera natural, como la mosca blanca, actualmente aumentan su población de tal modo que en ocasiones se constituyen en incontrolables plagas para los cultivos.
La producción agrícola intensiva actual se caracteriza por el uso extensivo de insumos, tecnología y prácticas de manejo con el objetivo de maximizar la producción en una cantidad limitada de tierra. Algunas características de este modo de producción incluyen:
- Monocultivos: Se cultivan grandes extensiones de tierra con una sola especie de cultivo. Esto puede aumentar la eficiencia en la aplicación de insumos agrícolas y simplificar las operaciones de manejo.
- Uso de insumos químicos: Se emplean fertilizantes sintéticos, pesticidas y herbicidas para maximizar los rendimientos y controlar las plagas y malezas. Estos insumos pueden ser aplicados de manera intensiva y en grandes cantidades.
El aumento global de las temperaturas incide sobre la agricultura pues supone cambios en los patrones de temperatura y precipitaciones, eventos climáticos extremos más frecuentes e intensos, y cambios en la distribución de las plagas y enfermedades.
Este fenómeno se explica según el tipo de estrategia de supervivencia de las plaga ante 2 fenómenos actuales de la agricultura:
En los últimos 50 años, en su camino hacia la industrialización, la agricultura ha modificado las técnicas de producción para convertirse en una agricultura de producción intensiva, caracterizada por grandes extensiones cultivadas, generalmente dedicadas a monocultivos, y en una agricultura de insumos (fertilizantes, herbicidas, pesticidas, etc) que acelera o facilita los procesos naturales. Pero estamos descubriendo que estas nuevas tecnologías daños en el medio ambiente.
Como consecuencia del uso regular de herbicidas y fertilizantes, y del uso preventivo e indiscriminado de pesticidas, además del cambio climático producido por el calentamiento global, el hombre ha alterado un entorno anteriormente equilibrado.
Y ese desequilibrio explica el por qué es más frecuente en la actualidad el cambio en la duración del ciclo biológico de las plagas y el gran crecimiento poblacional de algunas plagas.
Estrategias de supervivencia de las plagas agrícolas y forestales
Las estrategias reproductivas de supervivencia se centran en la reproducción como un medio principal para asegurar la supervivencia y el éxito de una especie.
Estrategia oportunista o coyuntural
La estrategia reproductiva oportunista de supervivencia es un enfoque adaptativo que se centra en maximizar la reproducción y la supervivencia de una especie en función de las condiciones cambiantes del entorno. En el contexto de las plagas, esta estrategia implica una reproducción rápida y una alta tasa de fecundidad para aprovechar al máximo las oportunidades favorables para reproducirse.
Las plagas que emplean esta estrategia suelen tener ciclos de reproducción cortos y una capacidad para reproducirse rápidamente en respuesta a condiciones favorables, como la disponibilidad de alimentos y refugio, y la ausencia de depredadores o competidores. Esta adaptación les permite aumentar rápidamente sus poblaciones y colonizar nuevos hábitats.
La estrategia reproductiva oportunista puede ser especialmente efectiva en entornos impredecibles y fluctuantes, donde las condiciones ambientales pueden cambiar rápidamente. Puede llevar a un rápido aumento en las poblaciones de plagas y a desafíos adicionales para su control.
CICLOS DE GENERACIONES MUY CORTOS Y GRAN CANTIDAD DE DESCENCIENTES EN CADA GENERACIÓN.
Con anterioridad a los cambios en el sistema productivo de la agricultura y al aumento de la temperatura, el propio ecosistema se encargaba de regular esas poblaciones de insectos mediante la climatología o los numerosos depredadores que tenían las plagas con este tipo de reproducción. Pero las condiciones actuales el control de este tipo de plagas se dificulta por dos fenómenos: las explosiones poblacionales de estas plagas y el desarrollo de resistencias a los insecticidas.
El ser humano alteró esas condiciones de equilibrio natural. El uso indiscriminado y repetido de insecticidas ha eliminado muchos de los depredadores naturales de las plagas, como aves, insectos o parásitos. Actualmente somos conscientes del efecto sobre aves y depredadores de algunos pesticidas, pero antes de ser prohibidos fueron ampliamente utilizados en la agricultura, con todos los avales científicos.
Actualmente son muy frecuentes las explosiones poblacionales de estas plagas de ciclo reproductivo corto y numeroso. Aseguran de ese modo su supervivencia, porque antes de los cambios comentados en la agricultura, muy pocos individuos llegaban a la edad adulta para reproducirse.
El aumento del número de generaciones y la estrategia reproductiva oportunista facilitan el hecho de que los pesticidas tengan menos efecto sobre este tipo de plagas, pues desarrollan resistencia a los insecticidas que se le aplican. Además, como consecuencia del aumento poblacional de estas especies de insectos aumenta el riesgo de enfermedades de las cosechas, pues muchas de esas especies de insectos suelen ser transmisores de virus.
En condiciones normales, la mayoría de minadores de hojas estaban controladas por sus propios parasitoides. Aparecían en los cultivos pero a niveles suficientemente bajos como para que apenas causaran daño económico. Tradicionalmente, esta situación de equilibrio se interrumpía por causas naturales, como podía ser la desincronización entre la aparición de la plaga y sus parasitoides, o porque las causas climáticas inteferían en el desarrollo de los parasitoides. Las explosiones poblacionales de la plaga no solían durar más de dos años, y entonces el nivel de individuos solía volver a su nivel poblacional normal. Sin embargo, en la actualidad se presenta una situación mucho más grave debido a la presión de insecticidas a la que están sometidos algunos cultivos, que ha interrumpido el control natural de los parasitoides sobre los minadores.
Después del uso generalizado del DDT en la agricultura durante los años cincuenta se observó un incremento en las poblaciones de minadores como Liriomyza sativae en cultivos de curcubitáceas (calabaza, melón, pepino, etc), solanáceas (patata, tomate, chile, pimiento, etc) y fabáceas o leguminosas de América, Europa y Asia.
El aumento de las temperaturas influye en la dificultad de control de las plagas con esta estrategia reproductiva. Se ha observado por ejemplo que un incremento en la temperatura de 2ºC causa en los pulgones un incremento de 1 a 5 ciclos de vida por temporada (Karuppaiah, V y G, Sujayanad. 2012. Impact of Climate Change on Population Dynamics of Insect Pests. World Journal of Agricultural Sciences).
Se incrementan los ciclos de la plaga porque estos se hacen más cortos, y porque el aumento de las temperatura permite que aumenten sus condiciones de supervivencia.
Estrategia de supervivencia de las plagas equilibrista (estrategia k)
POCOS DESCENDIENTES, POCOS EVENTOS REPRODUCTIVOS, REPRODUCCIÓN TARDÍA.
La estrategia reproductiva equilibrista de supervivencia se refiere a una estrategia de reproducción adoptada por algunas especies que buscan un equilibrio entre la cantidad y la calidad de la descendencia para maximizar sus posibilidades de supervivencia y reproducción futura.
En esta estrategia, las especies producen un número moderado de descendientes. Se da prioridad a una mejor probabilidad de supervivencia y éxito reproductivo, en lugar de simplemente producir una gran cantidad de descendencia.
La estrategia reproductiva equilibrista es común en entornos donde los recursos son limitados o impredecibles, y donde la competencia por estos recursos es alta. Al producir menos descendientes las especies pueden aumentar las posibilidades de que al menos algunos de sus descendientes alcancen la madurez y se reproduzcan con éxito, asegurando así la continuidad de la línea genética.
Las plagas de los cultivos perennes, o plagas de las especies forestales, son equilibristas. No suelen abandonan el hospedante y sólo se desarrolla su población cuando las condiciones climatológicas les son favorables.
Son insectos de mayor tamaño y suelen tener una o dos generaciones anuales, dándose el caso excepcional de especies con generaciones que abarcan más de un año. Son plagas endémicas en sus distintas zonas.
Control de la dinámica poblacional de ambas estrategias reproductivas
Para controlar la dinámica poblacional de ambas estrategias reproductivas, coyuntural y equilibrista, es fundamental adoptar enfoques de manejo integrado de plagas (MIP) que aborden tanto los factores bióticos como abióticos que influyen en la población de plagas. Es preciso realizar los tratamientos de control de plagas en los momentos de mayor eficiencia, teniendo en cuenta el ciclo de vida de las plagas:
- Control biológico: Emplear organismos beneficiosos como depredadores, parasitoides y patógenos específicos de plagas para reducir las poblaciones de plagas. Estos agentes de control biológico pueden ser liberados de manera estratégica para aprovechar al máximo su efectividad.
- Control químico: Utilizar pesticidas de manera selectiva y racional, siguiendo las recomendaciones de manejo integrado de plagas y evitando el uso excesivo que pueda llevar a la resistencia de las plagas.
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