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«La primera ley de la Ecología es que todo está relacionado con todo lo demás.» 

Barry Commoner

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La identificación de las plagas por los daños en los cultivos

Software de control de plagas

Alertas automáticos. Modelos predictivos. Calendario del Ciclo de vida de las plagas. Integración con estaciones mteorológicas. Cálculo de la fecha de tratamiento óptimo. Registro de capturas y monitoreos.

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Identificación de las plagas por los daños en los cultivos
Identificación de plagas por daños en los cultivos

Daños en los cultivos y plantas ornamentales

Frecuentemente, se descubren antes los daños causados los cultivos (hojas, tallos, raíz, flor o fruto) o los residuos que dejan las plagas cerca del lugar donde se alimentaron (en forma de melazas, gránulos, material parecido al serrín o excrementos oscuros húmedos) que se localiza e identifica la plaga.

Cuando las plantas son atacadas por plagas, se suele observar que las plantas están poco desarrolladas y no crecen adecuadamente, que tienen hojas deformes o dañadas. Se ven amarillas o de un color verde ligero, o simplemente se ven marchitas y caídas. Los daños causados en las plantas contribuyen a determinar la especie que causó tales daños, porque las especies tienen patrones de comportamiento de alimentación u oviposición.

Los efectos de la acción de las plagas al alimentarse es un buen indicio de la presencia de plagas en los cultivos. Y tener un adecuado conocimiento de las diferentes formas en que los insectos se alimentan de las plantas ayuda a identificar la plaga y a desarrollar controles y estrategias para su control.

De hecho, los insectos de cada grupo tienen patrones de daño característicos que ayudarán a identificar al causante del daño y, por consiguiente, acertar con su tratamiento adecuado.

Según los hábitos alimenticios de los insectos, suele ser habitual agruparlos, de manera general, en masticadores, chupadores, minadores y barrenadores.

INSECTOS MASTICADORES

Desfoliación:

Los insectos masticadores se alimentan de las hojas de las plantas, lo que puede llevar a una pérdida significativa de tejido foliar. Esto reduce la capacidad de la planta para llevar a cabo la fotosíntesis y puede debilitarla.

Daño en los frutos:

Algunos insectos masticadores se alimentan de los frutos de las plantas, lo que puede dañar la calidad y la cantidad de la cosecha. Esto es particularmente preocupante en cultivos agrícolas.

Daño en las raíces:

Algunos insectos masticadores se alimentan de las raíces de las plantas, lo que puede afectar gravemente el sistema radicular y la capacidad de la planta para absorber nutrientes y agua del suelo.

Daño estético:

La presencia de insectos masticadores puede hacer que las plantas luzcan poco atractivas debido a la pérdida de hojas y el daño en las estructuras vegetales.

Transmisión de enfermedades:

Algunos insectos masticadores también pueden ser vectores de enfermedades vegetales, propagando patógenos que pueden dañar aún más las plantas.

Reducción en la producción de forraje:

En pastizales y cultivos destinados a la alimentación animal, los insectos masticadores pueden reducir la cantidad y calidad del forraje disponible.

Las plagas de insectos masticadores poseen mandíbulas y maxilas con las que trituran los tejidos vegetales.

A este grupo pertenecen

  • Las larvas de algunos lepidópteros (orugas)
  • Los adultos y larvas de coleópteros (escarabajos)
  • Los ortópteros (grillos, chapulines y langostas)
  • Los himenópteros (hormigas).

INSECTOS MINADORES DE HOJAS

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Decoloración de las hojas:

Uno de los signos más visibles de la infestación de insectos minadores de hojas es la decoloración de las hojas afectadas. Las áreas dañadas suelen volverse amarillas o marrones debido a la destrucción de los tejidos vegetales.

Formación de galerías:

Los insectos minadores crean galerías o túneles dentro de las hojas mientras se alimentan. Estos túneles a menudo son lineales o serpenteantes y pueden variar en tamaño dependiendo del tipo de insecto. La presencia de estas galerías es un indicador claro de la actividad de estos insectos.

Reducción de la capacidad fotosintética:

Debido a la destrucción de los tejidos internos de las hojas, la planta experimenta una disminución en su capacidad para realizar la fotosíntesis. Esto puede afectar negativamente el crecimiento y el rendimiento de la planta.

Debilitamiento de la planta:

A medida que los insectos minadores de hojas continúan alimentándose y dañando las hojas, la planta se debilita. Esto la hace más vulnerable a otras enfermedades, insectos y condiciones ambientales adversas.

Caída prematura de hojas:

En casos graves de infestación, las hojas dañadas pueden caer prematuramente, lo que reduce aún más la capacidad de la planta para producir energía y llevar a cabo sus funciones normales.

Entre este grupo de insecto están los minadores de hoja, que causan graves daños a los cultivos. La plaga de minadores suele combinar varios tipos de acción sobre los cultivos pues mientras las hembras adultas agujerean el haz de las hojas para extraer la savia de la planta, su larva excava galerías o túneles en las hojas.

El insecto plaga se desarrolla en el interior de las hojas, en el mesófiolo  (es decir, el tejido que se encuentra entre las epidermis del haz y del envés de las hojas), alimentándose del parénquima foliar, provocando daños en la estructura de las plantas, al realizar galerías o minas que posteriormente se necrosan. Destroza sus tejidos celulares, disminuye su capacidad fotosintética, reduce el crecimiento de las plantas, llegando a dificultar o impedir la maduración de los frutos.

  • Hay cuatro especies de minadores de hoja que son muy comunes y afectan gravemente a las hortalizas: el minador del tomate (Liriomyza bryoniae)
  • el minador americano (Liriomyza trifolii)
  • el minador sudamericano del guisante (Liriomyza huidobrensis)
  • el minador de hojas (Liriomyza strigata).

Dichas plagas se han constituido en un problema creciente en la agricultura.

Los minadores de hoja son una plaga polífaga y ocasiona daños tanto en cultivos hortícolas como en plantas ornamentales.

Las larvas de ciertas polillas nocturnas (Lepidópteros) son plagas minadoras muy destructivas, como es el caso de la polilla del tomate (Tuta absoluta), que se alimenta de la hoja, pero también ataca al tallo y a los brotes apicales. De hecho, al acabar la plaga con los brotes, el crecimiento de la planta se detiene, bloqueando sus ritmos biológicos como la formación de flores y frutos.

En condiciones normales, las larvas de estas especies eran parasitadas por sus numerosos enemigos naturales. Pero los problemas con los minadores de hoja se han incrementado como resultado del uso de pesticidas de amplio espectro, a consecuencia de los cuales los enemigos naturales mueren, y a la resistencia de los minadores a esos insecticidas, como consecuencia de la presión evolutiva. Además, dado que se alojan dentro de los tejidos vegetales, muchas veces los pesticidas no logran hacer su efecto.

INSECTOS CHUPADORES

Deshidratación:

Los insectos chupadores extraen la savia de las plantas, lo que puede llevar a la deshidratación y debilitamiento de la planta.

Decoloración y amarilleo:

La pérdida de nutrientes puede resultar en la decoloración de las hojas y el amarilleo de las partes afectadas.

Retraso en el crecimiento:

Las plantas infestadas pueden experimentar un crecimiento más lento debido a la pérdida de nutrientes.

Transmisión de enfermedades:

Algunos insectos chupadores, como los mosquitos y las garrapatas, pueden transmitir enfermedades graves a los seres humanos y animales, como el dengue, la malaria y la enfermedad de Lyme.

Daños en cultivos agrícolas:

Los insectos chupadores pueden dañar cultivos importantes, reduciendo los rendimientos y causando pérdidas económicas significativas en la agricultura.

Reducción de la calidad de los productos:

En algunos casos, la alimentación de insectos chupadores en plantas o animales puede reducir la calidad de los productos finales, como frutas o verduras.

Secreción de melaza:

Algunos insectos chupadores excretan una sustancia pegajosa llamada melaza, que puede promover el crecimiento de hongos negros en las plantas, lo que empeora aún más el daño.

Los insectos chupadores tienen un tipo de trompa o pico (probóscide), y lo usan a modo de estilete para penetrar en los tejidos vegetales (brotes, ramas, flores o frutos), succionando los fluidos de las plantas.

Además de los daños que causan al perforar la planta, pueden transmitir distintos tipos de virus que ya traen de otras plantas, o facilitan la entrada de otros patógenos y microorganismos.

A menudo la planta presenta decoloración, marchitamiento o manchas foliares, la presencia de mielato (sustancia que secretan algunos insectos que se alimentan de savia, como los pulgones y algunas cochinillas) o la falta general de vigor en la planta. Son síntomas del daño causado por este tipo de plagas.

Estos insectos pueden atacar al cultivo incluso, desde que la planta está emergiendo. Generalmente los chupadores viven en congregaciones, por ello, es posible encontrar en las ramillas los diferentes estados de su ciclo de vida. En general, los insectos chupadores son muy difíciles de controlar y pueden generar fácilmente fenómenos de resistencia a las sustancias que se utilizan para combatirlos.

En esta categoría, por los daños causados en las plantas y por la gravedad que están adquiriendo como plagas, destacan los áfidos o pulgones, el piojo de San José, ácaros, trips y la mosca blanca,

Pulgones

Debilitamiento de la planta:

Los pulgones pueden extraer grandes cantidades de savia de las plantas, lo que debilita la planta y puede hacer que crezca más lentamente. Esto puede llevar a un crecimiento deficiente y un aspecto general poco saludable de la planta.

Retraso en el desarrollo:

Los pulgones también pueden interferir en el desarrollo normal de las plantas al perturbar el flujo de nutrientes y causar deformidades en las hojas y los brotes.

Daño a las hojas:

Los pulgones se alimentan de la savia al perforar las hojas y los tallos de las plantas. Esto puede causar amarilleamiento, rizado y deformación de las hojas, lo que afecta negativamente la capacidad de la planta para realizar la fotosíntesis.

Transmisión de enfermedades:

Los pulgones pueden actuar como vectores de enfermedades vegetales al alimentarse de una planta infectada y luego alimentarse de otra planta sana, transmitiendo así patógenos de una planta a otra.

Producción de melaza:

Los pulgones excretan una sustancia pegajosa llamada melaza, que puede cubrir las hojas y los brotes de las plantas. Esto crea un ambiente propicio para el crecimiento de hongos, como el moho negro de la hollín, que puede dañar aún más las plantas.

Estrés hídrico:

El consumo excesivo de savia por parte de los pulgones puede llevar a un estrés hídrico en la planta, lo que puede resultar en marchitamiento y muerte si no se controla.

Los pulgones prefieren los tejidos tiernos de las plantas, por esa razón se encuentran preferentemente en los brotes nuevos de hojas y en los botones florales.

Su acción sobre la planta favorece la aparición de la fumagina, también conocido como negrilla,  (una patología de las plantas producida por el desarrollo de un hongo que se desarrolla sobre un sustrato glúcido presente en la superficie de los vegetales, en este caso la melaza secretada por los pulgones). La fumagina interfiere con la fotosíntesis, reduce el vigor de la planta y puede producir el manchado de frutos. Los daños más serios se producen cuando los cultivos son jóvenes. En las plantas adultas provoca una reducción del rendimiento y la producción.

Piojo de San José

Debilitamiento de la planta:

Cuando las cochinillas se alimentan de la savia de la planta, pueden debilitarla significativamente. Esto puede hacer que la planta sea más susceptible a otras enfermedades y plagas, y reducir su vigor general.

Amarillamiento de las hojas:

La alimentación de las cochinillas puede provocar el amarillamiento de las hojas de la planta, lo que afecta negativamente su capacidad para realizar la fotosíntesis.

Pérdida de frutos:

En cultivos de árboles frutales, las cochinillas pueden dañar los frutos directamente al alimentarse de ellos. Esto puede llevar a la caída prematura de los frutos o a la reducción de su calidad.

Producción de melaza:

Las cochinillas excretan una sustancia azucarada conocida como melaza. Esta melaza puede atraer a otros insectos, como las hormigas, que se alimentan de ella. Las hormigas a menudo protegen a las cochinillas de los depredadores, lo que puede empeorar la infestación.

Daño estético:

Además de los daños a la salud de la planta, las cochinillas también pueden afectar negativamente el aspecto estético de las plantas ornamentales debido a la presencia de las cochinillas y la melaza que producen.

Transmisión de enfermedades:

En algunas situaciones, las cochinillas pueden actuar como vectores de enfermedades de plantas, lo que aumenta aún más el daño potencial que pueden causar.

El piojo de San José, también llamado cochinilla perniciosa o caspilla, ataca a los frutales de hueso y pepita. Se fija en forma de colonias de escudos, sobre ramas, hojas y frutos. Se alimenta succionando la savia, provocando un debilitamiento del árbol y una reducción de la cosecha. Cuando se actúa sobre el fruto, éste se devalúa comercialmente pues produce unas manchas rojas sobre la piel, marcando la zona en la que se ha fijado la cochinilla.

Ácaros

Decoloración de las hojas:

La succión de contenido celular por parte de los ácaros puede causar decoloración en las hojas de las plantas. Esto a menudo se manifiesta como manchas amarillas o plateadas en las hojas, lo que se conoce como «moteado».

Defoliación:

En casos graves de infestación de ácaros, las hojas pueden volverse secas, arrugadas y caer prematuramente. Esto puede debilitar la planta y afectar su capacidad para realizar la fotosíntesis.

Reducción en el crecimiento:

La alimentación constante de los ácaros puede afectar negativamente el crecimiento de las plantas, ya que reduce la capacidad de la planta para producir energía a través de la fotosíntesis y transportar nutrientes.

Retraso en la floración y la producción de frutos:

Las plantas infestadas por ácaros a menudo experimentan retrasos en la floración y en la formación de frutos, lo que puede disminuir la producción y la calidad de los cultivos.

Deformidades en las hojas y brotes:

Los ácaros pueden causar deformidades en las hojas y brotes jóvenes debido a su alimentación. Esto puede hacer que las hojas se retuerzan, enrrollen o se vuelvan deformes.

Transmisión de enfermedades:

Algunos ácaros pueden actuar como vectores de enfermedades vegetales, transmitiendo virus y patógenos de una planta a otra mientras se alimentan.

Estrés hídrico:

La succión de contenido celular por parte de los ácaros puede causar estrés hídrico en las plantas, ya que reduce la cantidad de agua disponible para las células vegetales.

Los daños causados por los ácaros consisten fundamentalmente en lesiones en la epidermis de las hojas (inicialmente por el envés) y absorción de la savia.

Los ácaros se alimentan sobre todo de la base de la hoja, cerca del pecíolo, debido a lo cual la hoja se vuelve marrón y sus bordes se enrollan. O bien aparecen manchas amarillentas, producidas por la desecación de los tejidos. Y, en ocasiones, las zonas afectadas se decoloran y posteriormente se necrosan.

Debido a su alimentación, los ácaros pueden provocar una disminución de la superficie foliar, lo cual implica una disminución de la fotosíntesis.

También puede atacar a los frutos que, sin llegar a secarse, se deprecian en su valor comercial.

Cuando las poblaciones son muy elevadas se produce un retraso en el crecimiento de la planta y disminución de la producción, pudiendo pudiendo originarse la defoliación y posterior muerte de la planta.

Trips

Daños por alimentación:

Los trips se alimentan perforando las células de las hojas, flores, frutos y otros tejidos vegetales y succionando los jugos celulares. Esto puede causar daños directos a las plantas y dejar áreas descoloridas, plateadas o bronceadas en las hojas, lo que se conoce como «platajado».

Retraso en el crecimiento:

Los trips pueden debilitar las plantas al alimentarse de ellas, lo que puede resultar en un retraso en el crecimiento y en la producción de flores o frutos.

Transmisión de enfermedades:

Algunas especies de trips actúan como vectores de virus vegetales. Cuando se alimentan de una planta infectada y luego se mueven a otra planta sana, pueden transmitir el virus, lo que puede resultar en enfermedades devastadoras para los cultivos.

Daños estéticos:

Los trips también pueden afectar la apariencia de las plantas ornamentales al dañar las flores y las hojas. Esto puede ser especialmente problemático en jardines y paisajes donde se busca una apariencia atractiva.

Deformaciones en frutos y flores:

En algunas plantas, los trips pueden causar deformaciones en los frutos y flores debido a la alimentación, lo que puede reducir el valor comercial de los productos agrícolas.

La alimentación de los trips, perforando y succionando la superficie de las hojas provoca, manchas amarillentas, blancas o plateadas. También es posible observar manchas negras que son residuos, los excrementos de estos insectos.

La plaga puede provocar daños estéticos a los frutos, en forma de manchas cobrizas o amarillentas, puede reducir la producción de la planta y, con grandes niveles de infestación, las hojas pueden secarse.

Además los trips son el vector más importante del virus del bronceado del tomate (TSWV). Transmiten también el virus del mosaico del tabaco (TMV).

Mosca blanca

Daño directo a las plantas:

La mosca blanca se alimenta de la savia de las plantas al perforar las hojas, lo que debilita a la planta y puede causar daños en el crecimiento, desarrollo y vigor de la planta. Las hojas infestadas pueden volverse amarillas, secarse y caer prematuramente.

Excreción de melaza:

Como resultado de su alimentación, la mosca blanca excreta una sustancia pegajosa llamada melaza. Esta melaza puede cubrir las hojas y fomentar el crecimiento de hongos negros, como el moho negruzco (sooty mold), que reduce la capacidad de las hojas para realizar la fotosíntesis.

Transmisión de virus:

La mosca blanca es conocida por transmitir varios virus a las plantas mientras se alimenta. Estos virus pueden causar enfermedades graves en las plantas, lo que afecta su salud y rendimiento.

Debilitamiento general de las plantas:

La infestación severa de mosca blanca puede debilitar significativamente las plantas, lo que las hace más susceptibles a otras plagas y enfermedades. Esto puede llevar a un ciclo de daño continuo en el jardín o cultivo.

Daño estético:

Además de los problemas de salud de las plantas, la presencia de mosca blanca puede ser antiestética debido a la acumulación de insectos en las hojas y la melaza pegajosa.

Pérdidas económicas:

La mosca blanca es una plaga agrícola significativa y puede causar pérdidas económicas importantes en la agricultura y la horticultura debido a la reducción del rendimiento de los cultivos y la necesidad de medidas de control.

La mosca blanca, como gran parte de las plagas chupadoras de la savia de las plantas, interfiere con las labores de fotosíntesis de los cultivos, y puede causar daños indirectos, a partir de las picaduras para su alimentación, mediante la transmisión de diversos tipos de virus  (como la hoja arrugada de la calabaza, el amarillamiento de las curcubitáceas, o la hoja plateada de la calabaza, etc).

Además, la mosca blanca también segrega una sustancia, que interfieren o impiden el proceso de fotosíntesis de la planta y favorece el desarrollo del hongo causante de la fumagina.

Como consecuencia de la acción de la mosca blanca, es frecuente el amarilleamiento de las hojas, el debilitamiento de la planta y la formación de frutos de baja calidad.

INSECTOS BARRENADORES

Debilitación estructural:

Los insectos barrenadores pueden debilitar la estructura de las plantas al perforar galerías en la madera, lo que puede hacer que los tallos, ramas o troncos sean más propensos a romperse o caerse durante eventos climáticos adversos, como vientos fuertes o tormentas.

Reducción del crecimiento:

Los túneles y galerías excavados por los insectos barrenadores pueden interferir con el flujo de nutrientes y agua dentro de la planta, lo que resulta en un crecimiento deficiente y una menor producción de hojas, flores y frutos.

Disminución de la producción:

En los cultivos, los insectos barrenadores pueden dañar directamente los frutos al excavar galerías dentro de ellos. Esto reduce la calidad y la cantidad de cosecha, lo que tiene un impacto económico significativo en la agricultura.

Infecciones secundarias:

Los túneles creados por los insectos barrenadores pueden servir como puntos de entrada para patógenos, como hongos y bacterias, que pueden causar infecciones secundarias en la planta, debilitándola aún más.

Mortalidad de la planta:

En casos severos, los daños causados por los insectos barrenadores pueden ser tan graves que resultan en la muerte de la planta hospedante. Esto puede tener consecuencias graves para la biodiversidad y la salud de los ecosistemas.

Pérdida económica:

La presencia de insectos barrenadores en cultivos comerciales puede llevar a pérdidas económicas sustanciales para los agricultores y la industria agrícola en general debido a la disminución de la producción y la calidad de los productos.

La característica principal de los insectos barrenadores es que estas plagas penetran en las plantas, perforan el tallo de la planta o minan túneles angostos dentro de la hoja, el fruto y la raíz. Suelen atacar a ejemplares débiles, con falta de nutrientes.

  • Las larvas de los algunas moscas (Dípteros), orugas (Lepidópteros) y de escarabajos (Coleópteros) actúan como barrenadores de las plantas.
  • También las larvas de determinados escarabajos, que causan graves daños forestales, barrenando troncos y ramas de árboles. Es el caso de los crisomélidos, escarabajos defoliadores, como el la galeruca del olmo (Xanthogaleruca luteola), o los gorgojos (Curculionidae spp.), como el picudo rojo, cuya larva se alimenta en el interior de cocoteros y palmeras llegando a causarles la muerte.

En los árboles las larvas de los insectos barrenadores se alimentan bajo la corteza del árbol.

Los barrenadores se suelen detectar porque en el exterior de la corteza aparece serrín de las perforaciones, o porque se ven ramas secas sin motivo aparente.

En los cultivos las larvas se alimentan barrenado en raíces, tallos y frutos. Es el caso de varias larvas de lepidópteros, como el barrenador del fruto (Strymon basilide), que causa graves daños a la piña, el barrenador del maíz Ostrinia nubilalis), Gusano elotero (Helicoverpa zea), etc Gusano cogollero (Spodoptera frugiperda), etc

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