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larvas plagas

Control de plagas en sus estados inmaduros

Tratamiento de plagas cuando éstas son más vulnerables El enfoque del control de larvas de las plagas puede ser crucial para prevenir daños significativos a los cultivos, ya que las huevos y larvas suelen ser más susceptibles a ciertos métodos de control en comparación con sus etapas adultas- Además, el estado larvario es una de las fases más vulnerables y activas en su ciclo de vida. Tratar las plagas en sus estados inmaduros es una estrategia común en el manejo de plagas debido a varias razones: Las plagas inmaduras son generalmente más vulnerables y menos resistentes a los tratamientos que las plagas adultas. Los organismos en su etapa larvaria, por ejemplo, pueden ser más susceptibles a ciertos insecticidas o a otras técnicas de control. Al tratar las plagas en su etapa inmadura, se puede tener un mayor impacto en la población total de plagas, ya que estas etapas suelen ser más numerosas que las etapas adultas. Por ejemplo, una hembra de insecto puede poner cientos o incluso miles de huevos durante su vida, lo que puede resultar en una gran cantidad de larvas que se alimentan de los cultivos. Además, las plagas inmaduras tienen menos oportunidades de desarrollar resistencia a los tratamientos en comparación con las plagas adultas. Esto se debe a que las plagas inmaduras tienen menos exposición a los tratamientos y, por lo tanto, menos oportunidades de desarrollar resistencia. El 85% de las plagas pertenecen a órdenes taxonómicos que se desarrollan como larvas. Por ejemplo, las polillas, los escarabajos y las moscas de la fruta son algunas de las plagas que tienen una fase larvaria antes de convertirse en adultos. Tratar las plagas durante esta etapa puede ayudar a controlar su población antes de que se reproduzcan y causen más daño a los cultivos. El tratamiento de plagas en sus estados inmaduros puede hacerse de varias maneras, incluyendo el control manual, el control biológico, el control cultural y el control químico. En algunos casos, es posible controlar las poblaciones de plagas eliminando los huevos antes de que eclosionen. Esto puede hacerse manualmente, por ejemplo, recolectando los huevos y destruyéndolos, o utilizando productos químicos específicos que afectan solo a los huevos. El tratamiento de huevos de plagas es una estrategia importante en el manejo integrado de plagas y puede ser particularmente útil en el control de especies de insectos que se reproducen rápidamente o que tienen una alta tasa de oviposición. Las larvas de muchos insectos son la etapa más destructiva y también la más vulnerable. El control de las larvas puede hacerse con insecticidas específicos que afectan solo a las larvas o con depredadores y parasitoides que se alimentan de ellas. El control químico de larvas de plagas es una práctica común en la agricultura y la horticultura para reducir los daños causados por insectos y otros organismos en sus etapas de desarrollo inmaduras. Se utilizan diferentes tipos de insecticidas, como los piretroides, los organofosforados y los carbamatos, que actúan sobre el sistema nervioso de las larvas y las incapacitan o las matan. Algunas prácticas agrícolas pueden ayudar a controlar las plagas en sus estados inmaduros. Por ejemplo, la rotación de cultivos, el uso de cultivos de cobertura y el manejo adecuado del suelo pueden reducir la disponibilidad de alimento y refugio para las plagas en sus estados inmaduros. Monitoreo del estadio larvario de huevos y larvas Es muy importante identificar y controlar el estadio larvario de las plagas, pues en un 60% de los casos son las larvas las que causan los daños en los cultivos. Los adultos de las moscas de la fruta (por ejemplo, Ceratitis capitata y Bactrocera oleae) generalmente no producen daño, pero sus larvas causan serios daños a muchas frutas cultivadas. El estadio larvario es la fase de crecimiento y alimentación más activa, es la fase en que los insectos consumen más alimento, y por lo general la fase que dura más tiempo. Las larvas consumen más alimento en las últimas fases de su desarrollo, debido que que la larva completamente desarrollada es más grande y móvil. Se requiere por tanto un monitoreo frecuente de los cultivos. El problema es que la identificación de la plaga en los estadios inmaduros no siempre es fácil, y el monitoreo no siempre es suficiente para identificar la especie de las plagas. Pero predecir o incluso determinar el momento óptimo de tratamiento es muy complicado mediante el monitoreo, en el entorno de Cambio Climático. El tiempo promedio de duración de los huevos de las plagas varía según la especie y las condiciones ambientales. En general, el tiempo de incubación de los huevos puede ser de unos pocos días a varias semanas, dependiendo de la especie y las condiciones climáticas. Por ejemplo, los huevos de la mosca blanca (Bemisia tabaci) pueden tardar alrededor de 5 a 10 días en eclosionar a 25°C, mientras que los huevos de la mariposa nocturna (Helicoverpa armigera) pueden tardar alrededor de 3 a 5 días. Es importante tener en cuenta que estos son solo ejemplos y que el tiempo de incubación puede variar en función de diversos factores. Igualmente, el tiempo promedio de duración de las larvas varía según la especie y las condiciones ambientales. Por ejemplo, en el caso del gusano cogollero (Spodoptera frugiperda), se estima que el ciclo completo de huevo a adulto puede tomar alrededor de 30 días a 25°C, pero puede ser más corto o más largo dependiendo de la temperatura y la disponibilidad de alimento. En general, las plagas pueden pasar de 2 a 4 semanas en su etapa larval, dependiendo de las condiciones. Software para determinar la fecha de los estadios inmaduros de las plagas En la actualidad, existen diversas tecnologías que pueden ser utilizadas en el control de plagas para tomar decisiones más precisas y efectivas. Por ejemplo, sistemas de monitoreo remoto, que utilizan cámaras y sensores para recopilar datos sobre la presencia y el comportamiento de las plagas en los cultivos. La información recopilada se puede utilizar para predecir la aparición de plagas y

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psila del peral

Ahorro de hasta el 60% en tratamientos fitosanitarios de las principales plagas del peral

Costes del control de las plagas del peral La provincia de Lleida es rica en plantaciones de frutales de pepita, principalmente peral y manzano. Según datos oficiales del año 2008 (Sección de estadística e información agraria del DAR), el número de hectáreas plantadas de peral es de 12.079 y la superficie de manzano de 8.002 hectáreas. Se estima un coste de aproximado de 1.200 euros/ha en el control de las plagas que afectan al peral. Y según datos de la Universidad de Lleida, el desglose de los costes promedio es el siguiente: Por consiguiente, podríamos calcular un coste promedio total en control de plagas agrícolas para el total de área cultivada del peral de 14.494.800 euros. En los últimos años la producción del peral en España está sufriendo dificultades, por la irregularidad de las producciones y la dificultad de control de plagas como la Psila. Además se han prohibido la utilización de materias activas utilizadas. Y la presencia del fuego bacteriano en todas las zonas productoras de España supone un encarecimiento importante de los costes de producción en tratamientos, inspección, control y erradicación. Como consecuencia, la tendencia en las zonas productoras ha sido la de cultivar especies de hueso como el melocotonero y el cerezo, mejor adaptadas y de producción más regular y constante. Sistema de apoyo a la toma de decisiones en control de plagas Actualmente la lucha de los productores agrícolas contra las plagas cuenta con nuevas tecnologías que mediante la recogida de datos del campo y el cálculo de algoritmos relacionados con la fenología de las plagas permite reducir el número de tratamientos y por tanto de costosos insumos. Con un software como FuturCrop, que informa sobre el estado de desarrollo de la plaga, algunos productores han sido más eficientes en los monitoreos y en los tratamientos, consiguiendo un ahorro de hasta un 60%, evitando: ¿Cuando realizar los tratamientos? ¿Cuales son los criterios de los productores y asesores para determinar los momentos de tratamiento de fitosanitarios? En el mejor de los casos no se realizan los tratamientos por fechas de calendario, sino sobre el resultado de los muestreos y el desarrollo fenológico del cultivo, como se muestra en la siguiente tabla, para las principales plagas del peral: Con FuturCrop es posible realizar los muestreos con información más precisa sobre el estado de desarrollo de la plaga. Es más eficiente realizar los tratamientos en fase inicial de la plaga y en su momento más vulnerable. Lógicamente, conociendo las fases de desarrollo de las plagas, es más fácil mantener las poblaciones controladas. Carpocapsa La Cydia pomonella , o carpocapsa, causa daños sobre el fruto al realizar galerías de alimentación en su estado larvario. Tradicionalmente suele realizarse un control de la plaga mediante aplicaciones químicas; si bien, a partir del año 2009, se empezó a utilizar la confusión sexual como complemento a la lucha química. El primer tratamiento debe hacerse sobre los huevos, que es la fase del ciclo de vida de la carpocapsa más sensible a los tratamientos, al igual que los primeros estadios larvarios. FuturCrop calcula la fecha específica en que se produce el momento de eclosión de huevos y el inicio del estado larvario, y avisa con 7 días de antelación. El software controla y registra los datos climatológicos de la ubicación específica en que se encuentra el cultivo para realizar el cálculo. Los datos climatológicos que influyen en el desarrollo biológico de la plaga, como es lógico, no son iguales de un año a otro, y por consiguiente el comportamiento de las plagas varía igualmente. En los siguientes ejemplos, según los datos históricos analizados por FuturCrop, y representados gráficamente en la integral térmica, se observa como el mismo evento del  desarrollo de la plaga se produce en distintas fechas en las distintas campañas. Como así ha sucedido desde el año 2016, en todas las fases de desarrollo. El seguimiento de los niveles de plaga se realiza generalmente a mediados del mes de abril, que es el momento de inicio del vuelo de primera generación, y el inicio del vuelo se suele detectar habitualmente por capturas en trampa. En el control de la carpocapsa es fundamental aplicar los tratamientos antes de las puestas de la primera generación. El usuario de FuturCrop recibe emails de aviso cada vez que se produce un cambio en el desarrollo de la plaga, especificando la fecha concreta del evento biológico. Habitualmente se incrementan los muestreos a mediados de abril, esperando observar los vuelos de la plaga. Pero, según los cálculos realizados por el programa, en el año 2016 el momento de control y tratamiento se iniciaría  el 8 de Junio, y en el año 2017 el día 22 de Mayo. Un retraso o un adelanto del tratamiento en unas semanas es suficiente para que el tratamiento pierda el 70 % de su eficacia. Mosca de la fruta En los últimos años han existido importantes problemas para el control de la mosca de la fruta, Ceratitis capitata, debido a la creación del Registro único comunitario de materias activas autorizadas (Directiva 91/141) , que ha supuesto la eliminación de gran parte de las materias activas tradicionalmente empleadas para el control de esta plaga. También se ha producido un adelanto de la fecha de las primeras capturas, lo cual ha dificultado el control de la plaga. Habitualmente se determina los momentos de tratamiento considerando el ciclo biológico de la plaga: a los 2/4 días de la eclosión de huevos aparecen las larvas en la fruta, entre 8 y 10 días después las pupas en el suelo, y aproximadamente transcurren entre 6 y 8 días para que se conviertan en adulto. El ciclo biológico completo dura unos 20 o 22 días. Esta metodología tradicional de trabajo requiere una gran dedicación a la observación en campo, y sus resultados nunca son del todo precisos. Con FuturCrop los monitoreos pueden estar dirigidos por el control de las condiciones de desarrollo  de la plaga. Tradicionalmente, las estimaciones de ciclo biológico de las plagas se suelen fundamentar en temperaturas constantes

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Identificación de plagas por daños en los cultivos

La identificación de las plagas por los daños en los cultivos

Daños en los cultivos y plantas ornamentales Frecuentemente, se descubren antes los daños causados los cultivos (hojas, tallos, raíz, flor o fruto) o los residuos que dejan las plagas cerca del lugar donde se alimentaron (en forma de melazas, gránulos, material parecido al serrín o excrementos oscuros húmedos) que se localiza e identifica la plaga. Cuando las plantas son atacadas por plagas, se suele observar que las plantas están poco desarrolladas y no crecen adecuadamente, que tienen hojas deformes o dañadas. Se ven amarillas o de un color verde ligero, o simplemente se ven marchitas y caídas. Los daños causados en las plantas contribuyen a determinar la especie que causó tales daños, porque las especies tienen patrones de comportamiento de alimentación u oviposición. Los efectos de la acción de las plagas al alimentarse es un buen indicio de la presencia de plagas en los cultivos. Y tener un adecuado conocimiento de las diferentes formas en que los insectos se alimentan de las plantas ayuda a identificar la plaga y a desarrollar controles y estrategias para su control. De hecho, los insectos de cada grupo tienen patrones de daño característicos que ayudarán a identificar al causante del daño y, por consiguiente, acertar con su tratamiento adecuado. Según los hábitos alimenticios de los insectos, suele ser habitual agruparlos, de manera general, en masticadores, chupadores, minadores y barrenadores. INSECTOS MASTICADORES Desfoliación: Los insectos masticadores se alimentan de las hojas de las plantas, lo que puede llevar a una pérdida significativa de tejido foliar. Esto reduce la capacidad de la planta para llevar a cabo la fotosíntesis y puede debilitarla. Daño en los frutos: Algunos insectos masticadores se alimentan de los frutos de las plantas, lo que puede dañar la calidad y la cantidad de la cosecha. Esto es particularmente preocupante en cultivos agrícolas. Daño en las raíces: Algunos insectos masticadores se alimentan de las raíces de las plantas, lo que puede afectar gravemente el sistema radicular y la capacidad de la planta para absorber nutrientes y agua del suelo. Daño estético: La presencia de insectos masticadores puede hacer que las plantas luzcan poco atractivas debido a la pérdida de hojas y el daño en las estructuras vegetales. Transmisión de enfermedades: Algunos insectos masticadores también pueden ser vectores de enfermedades vegetales, propagando patógenos que pueden dañar aún más las plantas. Reducción en la producción de forraje: En pastizales y cultivos destinados a la alimentación animal, los insectos masticadores pueden reducir la cantidad y calidad del forraje disponible. Las plagas de insectos masticadores poseen mandíbulas y maxilas con las que trituran los tejidos vegetales. A este grupo pertenecen INSECTOS MINADORES DE HOJAS j Decoloración de las hojas: Uno de los signos más visibles de la infestación de insectos minadores de hojas es la decoloración de las hojas afectadas. Las áreas dañadas suelen volverse amarillas o marrones debido a la destrucción de los tejidos vegetales. Formación de galerías: Los insectos minadores crean galerías o túneles dentro de las hojas mientras se alimentan. Estos túneles a menudo son lineales o serpenteantes y pueden variar en tamaño dependiendo del tipo de insecto. La presencia de estas galerías es un indicador claro de la actividad de estos insectos. Reducción de la capacidad fotosintética: Debido a la destrucción de los tejidos internos de las hojas, la planta experimenta una disminución en su capacidad para realizar la fotosíntesis. Esto puede afectar negativamente el crecimiento y el rendimiento de la planta. Debilitamiento de la planta: A medida que los insectos minadores de hojas continúan alimentándose y dañando las hojas, la planta se debilita. Esto la hace más vulnerable a otras enfermedades, insectos y condiciones ambientales adversas. Caída prematura de hojas: En casos graves de infestación, las hojas dañadas pueden caer prematuramente, lo que reduce aún más la capacidad de la planta para producir energía y llevar a cabo sus funciones normales. Entre este grupo de insecto están los minadores de hoja, que causan graves daños a los cultivos. La plaga de minadores suele combinar varios tipos de acción sobre los cultivos pues mientras las hembras adultas agujerean el haz de las hojas para extraer la savia de la planta, su larva excava galerías o túneles en las hojas. El insecto plaga se desarrolla en el interior de las hojas, en el mesófiolo  (es decir, el tejido que se encuentra entre las epidermis del haz y del envés de las hojas), alimentándose del parénquima foliar, provocando daños en la estructura de las plantas, al realizar galerías o minas que posteriormente se necrosan. Destroza sus tejidos celulares, disminuye su capacidad fotosintética, reduce el crecimiento de las plantas, llegando a dificultar o impedir la maduración de los frutos. Dichas plagas se han constituido en un problema creciente en la agricultura. Los minadores de hoja son una plaga polífaga y ocasiona daños tanto en cultivos hortícolas como en plantas ornamentales. Las larvas de ciertas polillas nocturnas (Lepidópteros) son plagas minadoras muy destructivas, como es el caso de la polilla del tomate (Tuta absoluta), que se alimenta de la hoja, pero también ataca al tallo y a los brotes apicales. De hecho, al acabar la plaga con los brotes, el crecimiento de la planta se detiene, bloqueando sus ritmos biológicos como la formación de flores y frutos. En condiciones normales, las larvas de estas especies eran parasitadas por sus numerosos enemigos naturales. Pero los problemas con los minadores de hoja se han incrementado como resultado del uso de pesticidas de amplio espectro, a consecuencia de los cuales los enemigos naturales mueren, y a la resistencia de los minadores a esos insecticidas, como consecuencia de la presión evolutiva. Además, dado que se alojan dentro de los tejidos vegetales, muchas veces los pesticidas no logran hacer su efecto. INSECTOS CHUPADORES Deshidratación: Los insectos chupadores extraen la savia de las plantas, lo que puede llevar a la deshidratación y debilitamiento de la planta. Decoloración y amarilleo: La pérdida de nutrientes puede resultar en la decoloración de las hojas y el amarilleo de las partes afectadas. Retraso en el crecimiento:

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