Category: Control biológico de plagas

Control biológico de plagas mediante parasitoides

Control biológico de plagas mediante insectos parasitoides

La creciente limitación de sustancias activas que pueden componer los tratamientos químicos para el control de las plagas agrícolas, así como su coste económico, y el coste del monitoreo, favorecen que se generalice el uso de métodos biológicos para el control de plagas, utilizando sus enemigos naturales. Eficiencia de los insectos parasitoides en el control biológico de plagas Los modelos de control biológico de plagas utilizan insectos depredadores, parasitoides, patógenos, etc. Pero la utilización de insectos parasitoides son actualmente el mecanismo más eficiente del control biológico de plagas, por diversas razones: Porque un sólo parásito/parasitoide puede poner huevos en cientos de insectos, facilitando una reducción en la población de la plaga. A mayor éxito reproductivo mayor parasitismo, mayor mortalidad de huéspedes, y mayor nivel de control biológico. Es decir, el éxito reproductivo de la especie viene condicionado por la mayor mortalidad de la plaga parasitada. Pero también la capacidad reproductiva del hospedero condiciona el éxito de la medida de control biológico. Por ejemplo, un ratio de parasitismo del 90% sobre una plaga con una capacidad reproductiva de 20 huevos por hembra, supone que la densidad de la plaga permanecerá estable. Pero el mismo ratio de parasitismo actuando sobre una plaga con una capacidad reproductiva de 100 huevos por hembra supone que la población se quintuplicará en cada generación. Este ratio es el que condiciona el número de parasitoides que es necesario soltar. Existen determinadas interacciones químicas entre parasitoide, huésped y planta hospedera. Se ha estudiado que ciertas plantas tienen compuestos químicos que son modificados por la saliva de orugas, formando  un nuevo compuesto aromático que atrae a las avispas parasitoides. La avispa paraliza a la oruga y la usa para depositar sus huevos. Así la oruga no puede terminar su ciclo biológico. También suceden ciertos casos en que el parasitoide se ve atraído por ciertos olores que genera el hospedante, como los olores emanados de la mielecilla producida por áfidos, o de las heces del hospedante. Los insectos parasitoides tiene un mayor nivel de especialización frente a los depredadores. Los insectos depredadores se alimentan generalmente de muchas especies, mientras que los parasitoides solo son capaces de atacar una o un número limitado de especies. Los parasitoides se adaptan muy bien a la dinámica poblacional de la plaga debido a su propia determinación sexual haplo-diploide. En la mayoría de las especies parasitoides, los machos provienen de huevos estériles mientras que las hembras provienen de huevos fertilizados. Y las hembras inseminadas son capaces de regular la fertilización de sus huevos mediante la liberación o retención de esperma almacenado en su espermateca. Por esto, la determinación sexual de cada progenie no depende de procesos genéticos aleatorios. Las hembras parasitoides pueden condicionar el sexo de cada progenie, y su elección responde a decisiones adaptativas. Por consiguiente, no es extraño que los insectos parasitoides sean los enemigos naturales más utilizados en el control biológico inducido y juegan un papel fundamental en el control biológico natural. Según la revisión bibliográfica realizada por Clausen, C. P. (ed.) en 1978. (Introduced parasites and predators of arthropod pests and weeds: A world review. Agriculture Handbook No. 480, United States Dept. of Agriculture, Washington, D.C.), de 1.193 enemigos naturales empleados en proyectos de control biológico, la distribución entre parasitoides y depredadores mostraba la siguiente proporción: Aproximadamente el 10% de las especies descritas de insectos son parasitoides. Actualmente se conocen alrededor de 68 000 especies de parasitoides, pero se estima que el total de especies de parasitoides puede ser de alrededor de 800 000. La mayor parte de los insectos parasitoides pertenece a los órdenes Hymenoptera y Diptera. Y dentro de los Hymenoptera, el suborden Parasítica representa el 50% de los himenópteros. Las hembras de los insectos parasitoides depositan sus huevos en el interior, cerca o sobre un insecto hospedante, que puede encontrarse en diferentes fases (huevo, larva, pupa o adulto). Las larvas resultantes se alimentan del insecto huésped. Cuando las larvas están preparadas para pasar al estado de pupa, normalmente suelen matar a su huésped, pero hasta ese momento son totalmente dependientes de estos en lo que respecta a alimento y protección. De ahí el cuidado que tienen las hembras en la elección del insecto huésped. A diferencia de los parásitos, al final del ciclo larval de los insectos parasitoides el huésped muere. Emerge entonces el parasitoide en estado adulto, que se alimenta de néctar y polen. Tipos de insectos parasitoides Según su localización respecto del huésped Endoparasitoide Ectoparasitoide Mesoparasitoide El parasitoide se alimenta y desarrolla en el interior del cuerpo del huésped El parasitoide se alimenta externamente del huésped El parasitoide se alimenta y desarrolla dentro y fuera del huésped Momias de Aphis gossypii parasitadas por Aphidius colemani De la Familia Eulophidae, ectoparasitoide gregario de gusano cogollero. Tachinidae, algunas especies de esta familia ponen sus huevos sobre el cuerpo externo del hospedero. También pueden poner sus huevos dentro de sus hospederos o sobre el follaje de la planta-hospedera. Otras especies depositan larvas vivas sobre sus hospederos. Según el número de parasitoides por huésped Solitario Gregario Un solo parasitoide se alimenta de un solo huésped. Varios parasitoides, en ocasiones centenares, se alimentan de un solo huésped, pudiendo desarrollarse la totalidad. Larva de phytodietus ectoparasitoide solitario Larva Euplectrus sp. en oruga Noctuidae Según el estadio en el cual atacan a los huespedes De huevos De larvas De pupas De ninfas De adultos Parasitoides idiobiontes Parasitoides cenobiontes Parasiotoides idiobiontes Parasitoides idiobiontes Son parasitoides cenobiontes cuando  la hembra del parasitoide no mata al hospedador, sino que crece activamente, y es la larva quien le produce la muerte. Son parasitoides Idiobiontes cuando paraliza o mata al hospedero, y el parasitoide sólo dispone de los recursos del hospedero al momento de la oviposición para completar su desarrollo. Por ejemplo, Aphidius colemani es un parasitoide cenobionte (especialmente de pulgones), ya que en el momento de realizarse la puesta, la hembra no mata al huésped, sino que es la larva la que le produce la muerte. Las hembras depositan un huevo dentro del pulgón, donde se desarrollan sus

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greening de los cítricos hlb

Prevención del Huanglonbing (HLB) a través del control del ciclo biológico y tratamiento de la Diaphorina citrus

Huanglongbing (HLB) o greening de los cítricos El Huanglongbing (HLB, greening de los cítricos, es una enfermedad que afecta a las plantas de la familia Rutaceae, y severamente a la especie Citrus (son especialmente sensibles el naranjo, mandarino, pomelo y tangerino. El HLB está ampliamente extendida en el mundo. En todos los países productores de cítricos existen programas de prevención del Huanglonbing por el grave daño que causa a las cosechas. La enfermedad tiene otros hospedantes secundarios en las Rutáceas ornamentales, como son el mirto o jazmín árabe, el Castaño del Cabo, Clausena lansium, Severinia y Cantula busifolia. Bacterias causantes de la enfermedad, Candidatus Liberibacter spp. El HLB es la enfermedad más grave que afecta a los cítricos (que representan el 22% de la producción mundial de frutas). Es inducida por las bacterias Candidatus Liberibacter spp. Son bacterias que viven en los canales de alimentación de la planta (floema) y bloquea el sistema vascular, de modo que los nutrientes, especialmente azúcares, que se elaboran en las hojas no puede ser transportados al resto de la planta. Las bacterias puede estar en el árbol durante mucho tiempo sin síntomas evidentes, porque la planta es capaz de redirigir  la circulación a canales sanos y parecer saludable durante un tiempo, hasta que se bloquean las últimas vías. Se han descrito 3 especies de bacterias asociadas a las zonas de desarrollo de la enfermedad: Candidatus Liberibacter africanus Presente en África y la Península Arábiga. Sensible a las altas temperaturas (el rango de temperaturas adecuado para la expresión de síntomas de HLB africano es de 25 – 30 ºC), es decir regiones de clima cálido, y su incidencia está restringida a regiones de cierta altitud. Candidatus Liberibacter asiaticus Ampliamente distribuida por el continente asiático y, desde la última década, presente en las principales zonas citrícolas del continente americano, en concreto: Brasil (2004), Florida (2005), América Central y Caribe (2008), México (2009), Argentina (2012), Texas (2012) y California (2012). La patología asociada a esta bacteria, HLB asiático, es actualmente la de mayor gravedad e importancia económica para el cultivo de los cítricos a nivel mundial. Candidatus Liberibacter americanus Aparece por primera vez en Brasil en 2004 y en el estado de Texas (EE.UU) en 2013. Como la primera, es sensible a las altas temperaturas. Daños del HLB El HLB ocasiona graves alteraciones del crecimiento e importantes pérdidas de calidad y producción en los árboles afectados (disminución del peso de los frutos, de su nivel de azúcar, del nivel de acidez, del porcentaje de jugo, del tamaño, color y forma). Una planta joven afectada no llega a producir frutos. Si no se toman medidas de control, los árboles infectados pueden llegar a ser improductivos en un periodo de 5-10 años, hasta que finalmente la planta muere. Síntomas de la enfermedad Las plantas, una vez infectadas, muestran síntomas sólo después de un cierto período de latencia de aproximadamente entre 6 y 12 meses. Amarilleamiento del árbol Brotes amarillentos Hojas con moteado asimétrico Hojas con moteado asimétrico Hojas con aclaramiento de nervaduras Hojas con nervaduras corchosas Fruto con eje central asimétrico Coloración irregular Semillas atrofiadas y abortadas Incidencia mundial del HLB El HLB está asentado en las tres principales potencias productivas de cítricos del mundo, China, Brasil y EEUU.   En China, por ejemplo, se le atribuye la reducción de producción del 10% de naranjas y del 5% de mandarinas del país, a pesar de que todos los años se plantan decenas de miles de nuevas hectáreas. En Florida (EEUU), el último balance de la enfermedad, desde que se detectó por primera vez en la campaña 1997/98, la producción de cítricos muestra una caída de la producción del 71%. Y en Brasil se estima que unas 100.000 hectáreas de cultivos se han perdido debido a la expansión de la enfermedad. HLB es una seria amenaza para todos los países productores de cítricos. Transmisión del HLB El patógeno se transmite de diversas formas. Problemas con el control del HLB Ninguna medida ha dado una solución definitiva en la lucha contra HLB, y los países con más experiencia han optado por convivir con la enfermedad, y obtener frutos durante un tercio de la vida útil de las plantas. En todo caso, el manejo del HLB se realiza a través de 3 estrategias: Insectos vector: Diaphorina citri y Trioza erytreae Diaphorina citri y Trioza erytreae son los insectos vectores de las bacterias asociadas al HLB (CLs).  Los insectos adultos son alados, con antenas cortas, se mueven saltando más que volando, y se alimentan con la cabeza hacia abajo y su parte posterior hacia arriba. Las ninfas carecen de alas, son aplanadas y se mantienen en la misma hoja hasta que maduran. Si durante su maduración se alimentan de brotes infectados adquieren una gran cantidad de CLs, que transmitirán eficazmente a otras plantas cuando puedan volar. Los adultos permanecen menos tiempo alimentándose en cada planta por lo que su probabilidad de adquirir CLs es menor, pero pueden transmitir la enfermedad a plantaciones vecinas. Por tanto, es esencial controlar los insectos en todos sus estadios de desarrollo para frenar la expansión del HLB. Allí donde existen CLs la mejor manera de combatirlos es con insecticidas, aunque se están estudiando nuevas formas de control. Donde aún no hay infección por CLs, otras alternativas culturales, químicas y biológicas podrían implementarse para controlar los vectores. Recomendación: Evitar la entrada y el establecimiento de los vectores es la mejor manera de prevenir la dispersión del HLB. Cumpla las restricciones cuarentenarias. Síntomas de daños causados por Diaphorina citri La puesta de huevos y el desarrollo de los estados inmaduros de Diaphorina citri se concentra exclusivamente sobre los brotes en desarrollo. Su actividad alimenticia se manifiesta como síntoma en la aparición de unas deformaciones en los brotes y una abundante presencia de melaza sobre la que se desarrollan los hongos de la negrilla. Se trata de un daño de escasa repercusión económica. Pero su importancia como plaga está relacionado con su potencial para transmitir las bacterias que causan HLB. Huevos

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