Category: Control de plagas

plagas y enfermedades del maíz

Control de las principales plagas y enfermedades del maíz

El cultivo del maíz en cifras El maíz es un cultivo de gran importancia tanto para la alimentación humana como animal. El maíz es un componente esencial en la dieta de muchas regiones del mundo. En la alimentación animal, el maíz es el principal componente en los alimentos balanceados, constituyendo entre el 50 y el 70% de las dietas de monogástricos (aves y cerdos, principalmente). En 2022, la producción mundial de maíz fue de aproximadamente 1,14 millones de toneladas. Se espera que la producción mundial de maíz crezca 160 Mt, llegando a 1.3 miles de millones de toneladas durante esta década. El maíz es el principal cereal forrajero de Estados Unidos y representa más del 95% de la producción y el uso total de cereales forrajeros. El tamaño del mercado del maíz se estima en 143,62 mil millones de dólares en 2024, y se espera que alcance los 166,57 mil millones de dólares en 2029, creciendo a una tasa compuesta anual del 3,01% durante el período previsto (2024-2029). El cultivo de maíz Bt ha permitido entre 1998 y 2018 un incremento de los ingresos de los agricultores españoles y portugueses de 285,4 millones de euros. En promedio, se puede esperar ganar entre $500 y $800 dólares por hectárea cultivando maíz.  La FAO prevé que la producción mundial de maíz crecerá 160 millones de toneladas, llegando a 1.3 miles de millones de toneladas durante esta década. Las pérdidas de cosechas de maíz debido a plagas y enfermedades pueden ser significativas. En las regiones tropicales, las pérdidas poscosecha por plagas de maíz pueden ascender hasta en un 40%. Como efecto del Calentamiento Global por cada aumento de 1°C de temperatura, se calculan pérdidas en cosechas por plagas de insectos que van de un 15 a un 25%. Sin embargo, el uso de variedades resistentes a plagas de almacén, estructuras de almacenamiento apropiadas y correcto acondicionamiento de grano podrían disminuir la pérdida poscosecha hasta en un 60%. El control de las plagas del maíz según el momento fenológico Control de plagas según el desarrollo del maíz El control de plagas del maíz varía según el momento de ciclo de vida del maíz y el ciclo de vida de las plagas específicas. Estas son algunas estrategias comunes según diferentes etapas fenológicas del maíz y las plagas asociadas: Algunas de las etapas del desarrollo de las plantas de maíz son más susceptibles que otras al daño provocado por las distintas plagas. Y el grado de susceptibilidad del cultivo del maíz a los daños causados por las plagas dependerá de su estado de desarrollo. Pre siembra y siembra Antes de la siembra, es importante realizar una preparación adecuada del suelo para reducir la presencia de plagas del suelo como larvas de escarabajos y nematodos. Durante la siembra, se pueden utilizar tratamientos de semillas con insecticidas o fungicidas para proteger las plántulas de plagas del suelo y enfermedades transmitidas por semillas. Desarrollo vegetativo Durante el crecimiento vegetativo, es fundamental monitorear la presencia de plagas foliares como el gusano cogollero y los pulgones. Se pueden aplicar tratamientos foliares con insecticidas o bioinsecticidas según sea necesario para controlar las poblaciones de plagas y prevenir daños significativos. Floración y polinización Durante la floración y polinización, es importante proteger las espigas de plagas como la polilla del maíz mediterráneo y los pájaros que pueden dañar los granos en desarrollo. Se pueden utilizar trampas de feromonas para monitorear la presencia de polillas y aplicar tratamientos insecticidas selectivos si es necesario. Desarrollo de la mazorca Durante el desarrollo de la mazorca, es esencial proteger los granos de plagas como el gusano cogollero y los hongos que pueden causar pudrición de la mazorca. Se pueden aplicar fungicidas específicos para prevenir enfermedades fúngicas y insecticidas para controlar las poblaciones de plagas. Maduración y cosecha Durante la maduración y la cosecha, es importante proteger los granos maduros de plagas como roedores y aves que pueden causar daños significativos. Se pueden utilizar medidas de control no químicas, como trampas y redes, para proteger los cultivos durante esta etapa crítica. Desde la germinación de la planta hasta que la planta llega a su máximo desarrollo, se puede indicar la siguiente relación entre el desarrollo del maíz y el ataque de las plagas: Desde la siembra hasta después de la germinación Es preciso controlar principalmente los gusanos del suelo (gusanos grises o gusanos del alambre). Se alimentan de la semilla o del cuello de la planta joven. Son muy perjudiciales hasta que la planta tiene 6 o 7 hojas. La planta de maíz tiene 8 hojas Pueden empezar los ataques de los gusanos trozadores (como las larvas de primera generación de Sesamia nonagrioides), el gusano cogollero, la rosquilla verde, la rosquilla negra (gardama), el gusano soldado, la oruga militar, orugas filófagas, etc. También el maíz puede ser invadido por pulgones y por cicadéllidos. También ácaros, larvas de diabrótica, etc. La planta de maíz tiene 12 hojas El tallo muestra un crecimiento rápido, desde que se  se visualiza la espiga del maíz, ya en la madurez fisiológica del cultivo, pueden coincidir en el campo la segunda generación de adultos de Sesamia y Ostrinia y se produce la segunda generación de adultos de Mythimna. También se puede producir el ataque de Heliotis, el ataque de pulgones y la proliferación de la araña roja. El momento de tratamiento según la Fenologia de las plagas El ciclo biológico de los cultivos está relacionado con el genotipo de la planta y con los factores climatológicos. Maíz plantado con el mismo genotipo, en diferentes condiciones climatológicas, puede presentar diferentes estados de desarrollo, transcurridos los mismos días. La climatología determina no sólo el desarrollo de la planta sino que determina también el desarrollo de las plagas. Teniendo en cuenta el grado de desarrollo del cultivo y conociendo los períodos de desarrollo de la plaga, especialmente los correspondientes a la puesta de huevos y el nacimiento de las larvas, podemos controlar la formación de las plagas desde su inicio, y su posterior desarrollo poblacional. El momento óptimo para tratar las

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Software agrícola de prevención y control de plagas

SISTEMA DE APOYO A LA TOMA DE DECISIONES DE CONTROL DE PLAGAS Cálculo del momento óptimo de tratamiento FuturCrop es un innovador software agrícola de control de plagas que permite ahorrar hasta un 40% de productos fitosanitairos y un 70% de biopesticidas. Mediante técnicas de inteligencia Artificial y la modelización matemática de la fenología de 179 plagas (que correlaciona las condiciones meteorológicas y el desarrollo biológico de las plagas) la información que facilita automáticamente el programa permite anticipar el momento óptimo de tratamiento al determinar en qué fechas se producirán las primeras generaciones, y sus estados de mayor vulnerabilidad, antes de que las plagas causen daño a la cosecha.  FuturCrop realiza cálculos de predicción de los estados del desarrollo biológico de las plagas con 7 días de antelación. SaaS (Software as a Service) Facilita el reconocimiento de las plagas Reduce el riesgo de pérdida de cosechas Reduce el uso de plaguicidas químicos Registro de tratamientos y monitoreo de plagas Más información Degree-Days: About Phenology Models – UC IPM La informática aliada para acotar los daños por plagas en agricultura Pest and weather models, College or Agricultural Sciences. Oregon State University USA National Phenology Network Aids Management of Pest Insects With Life-Stage Forecast Maps, Using Degree-Days and Plant Phenology to predict pest Activity, Daniel A. Herms, The Ohio State University

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Insecticidas agrícolas

Ambigüedad del término “plaguicidas” Plaguicida es un término intencionadamente equívoco si se pretende designar las sustancias químicas destinadas a eliminar las plagas. Porque los insecticidas agrícolas en general no distinguen los ectoparásitos en su acción, no diferencia y eliminan exclusivamente los organismos nocivos. Del mismo modo que los pediculicidas no son agentes químicos que matan piojos, pues tampoco distinguen otros agentes nocivos cuando actúan. De hecho, durante décadas las mismas sustancias químicas han sido utilizadas indistintamente como plaguicidas o pediculicidas. Porque, en esencia, lo que los distingue es la dosis, el cómo y el dónde se aplican. Los términos plaguicida y pediculicida tienen la misma intención eufemística, no matan plagas o piojos sino que matan insectos y ácaros. Sería más propio denominar a dichas sustancias como biocidas. o insecticidas Aumento del consumo mundial de insecticidas La lucha contra los agentes nocivos en la agricultura utilizando únicamente insecticidas químicos se ha demostrado insuficiente, pues los insectos desarrollan resistencia a las materias activas insecticidas, y tal y como son utilizados genéricamente condena el control de las plagas agrícolas al aumento de su consumo. En los últimos años el consumo mundial de insecticidas agrícolas ha aumentado (Gráfico I), pese a lo cual la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación) estima que aproximadamente el 40% de la producción agrícola mundial se pierde debido a plagas y enfermedades. Esas pérdidas en la producción agrícola mundial se deben principalmente a que los insecticidas agrícolas se aplican tarde, en un 30% de los casos según la FAO. Podemos concluir por tanto que la oportunidad de éxito de un tratamiento insecticida en el control de plagas agrícolas depende en gran medida del momento de aplicación del tratamiento. La utilización de insecticidas, o plaguicidas y pediculicidas, no es suficiente en la lucha contra las plagas. Porque el uso indiscriminado y repetido de los insecticidas químicos no hace sino agravar el problema de las plagas. En la lucha contra las infestaciones de piojos son fundamentales las medidas de prevención y el conocimiento sobre su comportamiento. Y lo mismo sucede en la agricultura, pues es imprescindible tener información sobre el comportamiento y el estado de desarrollo de las plagas, de modo que se pueda reducir a lo imprescindible el uso de insecticidas químicos. La historia de los tratamientos plaguicidas y pediculicidas, es decir la lucha contra las plagas en los cultivos y contra los piojos en los seres humanos, ha evolucionado de manera similar, porque en realidad se trata de aplicar las mismas materias activas. La diferencia está en que su aplicación en la agricultura puede producir graves efectos en la salud humana y el medioambiente. Historia de la industria química relacionada con la agricultura La era de los insecticidas agrícolas organoclorados El DDT (Dicloro Difenil Tricloroetano), un insecticida organocolorado, fue utilizado intensamente durante gran parte del siglo XX como plaguicida en la agricultura, para combatir enfermedades como la malaria, y fue utilizado también para eliminar los piojos. A partir del año 2005, tras la prohibición del DDT en el Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes, otros plaguicidas organoclorados, como el lindano o el metoxiclor, sustituyeron al DDT en la lucha contra las plagas agrícolas y contra los piojos. El lindano, un derivado del benzeno que actúa de forma muy tóxica sobre el sistema nervioso si se absorbe a través de la piel, se utilizó durante años como pediculicida y contra la sarna (causada por un ácaro parásito). También fue un insecticida ampliamente utilizado en la agricultura hasta 1991. Actualmente el uso de productos basados en Lindano están  totalmente prohibidos. Los insecticidas agrícolas organofosforados Muchos insecticidas agrícolas organoclorados tienen prohibida su producción, comercialización y uso. Tal es el caso del Dicofol, Heptacloro, Clordano, Endrina, Mirex, Pentaclorofenol Fueron insecticidas ampliamente utilizados para combatir las plagas del maíz, algodón, tabaco y otros cultivos. La prohibición de los organoclorados llevó al desarrollo de los plaguicidas organofosforados, que actúan interfiriendo en la transmisión de los impulsos nerviosos. El malation es uno de los insecticidas agrícolas de más amplio espectro, que inhibe la enzima colinesteresa del insecto, y es usado tanto como insecticida agrícola como pediculicida. Se trata de un insecticida que puede tener efectos en la salud humana, pero como las dosis que son letales para insectos pero no lo son para los humanos, es ampliamente utilizado en agricultura (aunque las dosis tóxicas son establecidas de modo individual y no existen estudios sobre su efecto acumulativo). Neonicotinoides y piretrinas Tras años de aplicar productos químicos con la misma materia activa en los alimentos y las cabezas de los seres humanos, sin determinar seriamente su toxicidad en el ser humano y su efecto sobre el medioambiente, el mercado y la legislación empezaron a demandar otro tipo de productos insecticidas. Y las empresas aprovecharon las propiedades insecticidas de ciertas plantas como el tabaco o las flores del piretro. Se desarrollaron los neonicotinoides, como por ejemplo el Imidacloprid, que se usaron ampliamente en la agricultura. Sin embargo, como antes se aprueban y comercializan los productos que se evalúa su incidencia en el medioambiente o la salud, actualmente los neonicotinoides están siendo restringidos en varios países debido a una posible conexión con la mortalidad de las abejas. Similar insecticida es la permetrina, un insecticida de amplio espectro y muy utilizado en agricultura, con poca toxicidad para los mamíferos (excepto los gatos). Sin embargo, los productos que contienen esta sustancia sueles utilizar el butóxido de piperonil como inhibidor de las enzimas que actúan en la detoxificación, con el fin de potenciar la acción del insecticida. Y este sinérgico de plaguicidas es considerada por algunos científicos como causante de cáncer en humanos. Como pediculicida, la permetrina también tiene su función, porque la mayor parte de los champús antipiojos contienen esta sustancia insecticida, aunque en dosis muy bajas. Y es que, como comentábamos inicialmente, la permetrina no es un plaguicida o un pediculicida, sino un biocida, y su función es la de matar insectos indiscriminadamente, sin diferenciar los parásitos de otros insectos. FuturCrop, software agrícola de control

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Software agrícola para el control de la Carpocapsa (Cydia pomonella)

Dificultad de control de la Carpocapsa La Carpocapsa, o gusano de la manzana y de la pera, es un Lepidóptero de la familia de los Tortrícidos, por tanto en su desarrollo biológico pasa por los estados de huevo, larva, pupa y adulto. Es una plaga extendida por todo el mundo, que puede afectar gravemente al manzano, peral, nogal y membrillo. Su control mediante insecticidas químicos ha favorecido actualmente la aparición de resistencias de la plaga a algunos insecticidas. En el control de la Carpocapsa es fundamental conocer los momentos de desarrollo de la plaga, pues su actividad en las distintas fases hace que los tratamientos no siempre alcancen al insecto. El conocimiento exacto en que se producen las distintas fases de desarrollo de la Carpocapsa se puede obtener con herramientas fenológicas, que correlaciona unidades térmicas con las fases del ciclo de vida de las plagas. El tratamiento de la Carpocapsa en su momento de mayor vulnerabilidad a la plaga debe realizarse entre la eclosión de los huevos hasta que la larva se introduce en el fruto. Una herramienta como FuturCrop permite conocer y anticipar el momento específico en que se producirá dicho evento. Los tratamientos preventivos no suelen ser eficientes para el control de la Carpocapsa, pues la plaga hiberna en forma de larva, protegida por un capullo de seda, en el suelo o en las hendiduras de las cortezas de los árboles. Y cuando reactiva su actividad se introduce en los frutos, fuera del alcance de los pesticidas. Una vez completado su desarrollo larvario en el interior del fruto (que consiste en 5 estadíos) pupan en el suelo o en el tronco del árbol hasta que aparecen los primeros adultos. Habitualmente se detecta la plaga por los daños que causa en los frutos, en forma de mordeduras, orificios de entrada con círculos rojizos, o por la caída de los frutos cuando las larvas llegan hasta las pepitas del fruto. Entonces la posibilidad de control de la Carpocapsa dependerá de la densidad y de la generación en la que se encuentre la plaga. Tratamiento químico eficiente para el control de la Carpocapsa Para que los tratamientos sean eficientes es muy importante conocer los momentos de desarrollo biológico de la Carpocapsa, y especialmente controlar la plaga desde la primera generación. Por ese motivo el monitoreo, real o virtual de las condiciones meteorológicas, es fundamental. Las estaciones de aviso de plagas, o en España los técnicos de Advs o Atrias, suelen contar con programas informáticos para predecir la aparición de la plaga o las distintas fases de su desarrollo. Pero las estaciones de aviso de plagas dan instrucciones genéricas, para amplias zonas geográficas. FuturCrop es un software que El software calcula el momento en que se producen los siguientes eventos del desarrollo biológico de la Carpocapsa: Anticipando el momento del inicio de la puesta de huevos se puede realizar un eficiente tratamiento ovicida. O pueden realizarse tratamientos larvicidas, en el momento en que se produce la eclosión de huevos, cuya fecha indica FuturCrop, antes de que la larva recién nacida penetre el fruto. Se trata de un período muy corto, como mucho 48 horas, por lo que es fundamental conocer la fecha exacta que indica FuturCrop de la Eclosión de huevos e inicio del estado larvario. Con un tratamiento eficiente de la Carpocapsa es posible reducir hasta un 40% el uso de insecticidas químicos (y disminuir por tanto los residuos químicos en los frutos) y un 70% de biopesticidas. Control biológico eficiente de la Carpocapsa La información, los avisos, que envía FuturCrop también son útiles para tratamientos de control biológico. Por ejemplo, el software indica el momento adecuado para realizar tratamientos eficaces con productos cuyo componente sea la bacteria Bacillus thuringiensis. Pues conociendo con precisión el momento de la eclosión de los huevos, habrá más posibilidades de que la larva recién nacida consuma la bacteria antes de que penetre en el fruto. O alternativamente se pueden combinar técnicas para controlar la plaga en su fase adulta, cuyas fechas nos indica el software, por ejemplo instalando polilleros con atrayente líquido o utilizando feromonas sexuales. Vínculos externos Codling Moth, Agriculture: Apple Pest Management Guidelines. UC IPM Codling Moth. UC Pest Management Guidelines. UC IPM Codling Moth Information Support System (CMISS) Carpocapsa: sistema de alarma para control Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA)

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Los bioplaguicidas como alternativa

Una oportunidad de mercado A partir de los años 50 el empleo de plaguicidas sintéticos para el control de plagas y malezas se generalizó en la agricultura debido a la reducción de mano de obra, su efectividad, simplicidad y rapidez de actuación. Pero con el transcurso del tiempo se han descubierto sus efectos sobre la salud humana, la fauna benéfica, los problemas que generan de contaminación ambiental y el desarrollo de resistencia en los insectos que ha reducido su eficacia. El mercado de plaguicidas sintéticos continúa creciendo, pero los consumidores son cada vez más conscientes de los daños que causan. Y los Gobiernos, a través de los órganos reguladores, aprueban menos plaguicidas, o los retiran gradualmente del mercado. Además el coste de nuevos pesticidas sintéticos se sitúa en unos US$240, mientras que el desarrollo de un nuevo biopesticida alcanza se establece en los US$15-25 millones”. Esta situación abre oportunidades la introducción de productos desarrollados por la biotecnología en el mercado de los insumos agrícolas. Ya se nota esa tendencia en el mercado: mientras el mercado de los plaguicidas sintéticos crece anualmente un 2%, los bioplaguicidas lo están haciendo en un 10% anual. Y es un hecho que el sector agrícola necesita productos eficaces contra las plagas y la maleza Los biopesticidas Existen varios productos en el mercado, pero el uso de biopesticidas, es decir, pesticidas derivados de materias de origen animal, vegetal, bacteriano y mineral, aún no se ha generalizado en la agricultura de producción intensiva. Prácticamente no se contemplan como sustitutos de los pesticidas, sino como un complemento a éstos. O en la agricultura orgánica, los biopesticidas se suelen utilizar como una herramienta que complementa las prácticas culturales en el control de plagas. Contrariamente a la opinión generalizada, un producto orgánico no significa necesariamente que esté libre de pesticidas, sino que éstos no son de naturaleza sintética. Los biopesticidas aprobados para su uso en agricultura orgánica suelen ser menos peligrosos que los pesticidas de síntesis, pero la naturaleza biológica o mineral de sus compuestos no significa que todos carezcan de efectos tóxicos. Por ejemplo, la rotenona, una sustancia de origen vegetal catalogada desde el año 2007 como toxina ambiental, y que tiene un grado de toxicidad similar al DDT, se comercializa en varios países para el control de plagas en árboles frutales, como pulgones, cochinillas, orugas, ácaros, etc. Sin embargo, por sus efectos tóxicos, la rotenona ha sido excluido del listado de productos fitosanitarios de la Unión Europea desde 2008. También los fungicidas que incluyen como principios activos determinados compuestos del cobre, y que son muy utilizados preventivamente en la producción intensiva de frutales, hortalizas, vid, etc, tienen un alto impacto ecotoxicológico, y varios estudios demuestran que son contaminantes del suelo. El prefijo bio, por consiguiente, no es necesariamente sinónimo de no tóxico. Al igual que sucede con los plaguicidas de síntesis, también es preciso evaluar los indicadores de riesgo de los bioplaguicidas. Además, dado que su aplicación requiere altas dosis, y generalmente mayor número de tratamientos, su impacto ecotoxicológico puede ser finalmente mayor que el de ciertos plaguicidas. Lo importante no es el origen natural de sus componentes, o su eficacia, sino su toxicidad y efectos sobre el medioambiente. Se suelen clasificar los biopesticidas según el origen de su ingrediente activo, que pueden ser microorganismos, bioquímicos y semioquímicos. Microorganismos Son empleados en el control de insectos, patógenos y también malezas. Se obtienen a partir de bacterias, hongos, virus y levaduras. Bacterias El biopesticida microbiano más usado en el mundo es el obtenido a partir de Bacillus thuringiensis (Bt), una bacteria que habita en el suelo. Los biopesticidas desarrollados a partir de ésta bacteria están formados por las endoesporas que producen, y los cristales de la proteina ∂-endotoxina que se forma durante el proceso de de esporulación. Sus ventas representan aproximadamente el 66% de las ventas de biopesticidas. Se utiliza para el preparado de productos, que deben ser ingeridos por el insecto plaga, y en la modificación genética de plantas, que resultan productoras de las toxinas Bt. En agricultura es usado para el control de lepidópteros, dípteros, coleópteros, hemípteros y nemátodos, que afectan a numerosos tipos de cereales, oleaginosas, frutas y hortalizas. El uso de productos que utilicen el Bacillus thuringiensis, para ser realmente eficientes, necesitan un conocimiento específico del estadío de desarrollo biológico de la plaga, pues prácticamente sólo afectan a los estadios larvarios L1 y L2 de las especies de plagas mencionadas. Por ese motivo es importante realizar un monitoreo de los cultivos y el estado de las plagas, o automatizar el proceso mediante un software como FuturCrop. Mico-fungicidas Son fungicidas biológicos desarrollados principalmente a partir de  hongos y bacterias. Suelen ser menos eficientes que los fungicidas de síntesis porque tienen ciertas limitaciones ambientales de aplicación, escasa vida útil, y son de acción lenta. Por ese motivo, no son recomendables en situaciones epidémicas, ni en en cultivos extensivos. Suelen utilizarse en cultivos intensivos en invernadero. Se han comercializado varios mico-herbicidas para cultivos de soja, arroz y cítricos. Sin embargo tienen algunas limitaciones respecto a su eficacia, persistencia, dispersión, y pueden causar daños a especies que no son el objetivo de acción. Virus entomopatógenos Se conocen alrededor de 450 especies de virus capaces de causar enfermedades a insectos y ácaros. Los más usados como biopesticidas pertenecen a la familia de los Baculovirus (como los virus de la poliedrosis nuclear o nucleopoliedrovirus), que afectan 13 subfamilias de lepidópteros. Es la familia de virus más estudiada, pero afectan exclusivamente a lepidópteros. Generalmente los virus tienen una limitación de eficacia a los insectos para los que fueron aislados. Tienen bajo impacto ecotoxicológico y, según las pruebas de laboratorio  son eficaces contra todos los estados larvarios del insecto. Bioquímicos Bajo esta denominación se incluyen una amplia variedad de productos para el control de plagas, desarrollados a partir de feromonas de insectos, extractos de aceites vegetales y botánicos. Extractos vegetales de toxinas (fitopesticidas) Existen  numerosas familias vegetales con capacidad insecticida, como la Familia Piperaceae, Liliaceae (Allium) y Brassicaceae (Crucíferas). Se conocen 2,400

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la revolución verde

La Revolución Verde

El modelo de producción agrícola intensiva: Norman Ernest Borlaug Se repite constantemente que el problema del hambre en el mundo no es un problema de producción de alimentos, sino de reparto de las calorías producidas. Y se valida de este modo un sistema de producción agrícola predominante desde los años 50, que prima a cualquier coste la productividad por hectárea. Y es cierto que globalmente la producción agrícola ha aumentado el rendimiento por superficie cultivada. Este modelo de producción agrícola intensiva supuso una revolución en los años 50 y fue consecuencia, entre otros, de la labor de un insigne ingeniero agrónomo, genetista y fitopatólogo norteamericano llamado Norman Ernest Borlaug. Al conjunto de técnicas que promovieron este incremento en la productividad agrícola se le denominó Revolución Verde, y se basaba principalmente en la utilización de variedades de semillas de alto rendimiento, cultivadas en grandes extensiones de monocultivo, y en la utilización de grandes cantidades de fertilizantes, fitorreguladores y pesticidas. Borlaug es considerado por muchos el padre de la agricultura moderna, y recibió en 1970 el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos en la erradicación del hambre y la desnutrición en los países desarrollados. Se trataba de adaptar, mediante tecnología química y mecánica, la Naturaleza a las necesidades humanas de consumo de alimentos. Fue el inicio del proceso de industrialización en la producción de agrícola. Este tipo de agricultura hizo posible la internacionalización de la comercialización agrícola. Con financiación de la Fundación Rockefeller, Borlaug inició sus trabajos en 1945 en Sonora (México), donde había un gran problema con distintos tipos de roya que afectaba a los trigales mexicanos. Su equipo de investigación logró el desarrollo de variedades enanas de trigo de alto rendimiento, amplia adaptación, resistentes a enfermedades y con alta calidad industrial, con las cuales México incrementó notablemente su producción. Sus resultados fueron juzgados como un éxito por la Fundación Rockefeller la cual ayudó a su propagación a otros países. En 1961 el Ministerio de Agricultura de la India invitó a Borlaug y se promovió el uso de una variedad de arroz semienana (IR8), capaz de producir más granos de arroz por planta en determinadas condiciones de fertilización y riego. Se multiplicó por 10 el rendimiento del arroz tradicional y en 10 años, se redujo a la mitad el coste de arroz en la India. La Revolución Verde obtuvo un gran éxito en el aumento de la producción de cereales, gracias a las nuevas técnicas de producción se consiguió aumentar un 250% la producción de grano mundial. Los problemas de la Revolución Verde Pero el principio de incremento de la productividad agrícola que perseguía a toda costa, y la aplicación de las técnicas para conseguirlo, han cambiado casi totalmente el proceso de producción agrícola. El valor nutricional de las cosechas y el empobrecimiento de la diversidad genética Los cultivos de cereales de alto rendimiento, esas variedades obtenidas por los investigadores predominan en la actualidad, pese a que su valor nutricional es actualmente cuestionado (proteinas de baja calidad, alto contenido en hidratos de carbono, y calorías, deficiencias en aminoácidos esenciales, etc). Esos cultivos tan productivos han empobrecido la dieta humana global y están empobreciendo diversidad genética (componente básico de la biodiversidad). Invonvenientes de los monocultivos Además el sistema de monocultivo y la producción agrícola industrializada tiene varios aspectos negativos que perjudican tanto al productor como al agricultor. Los monocultivos genéticamente homogéneos aumentan el peligro de ataque masivo de plagas y enfermedades, haciendo habitual y repetitiva la aplicación de plaguicidas. De hecho, de manera similar a como ha crecido la productividad agrícola en el mundo, ha crecido el sector comercial que suministra insumos químicos a la agricultura. La utilización de fitosanitarios La utilización de productos químicos, fertilizantes y pesticidas, para incrementar la productividad de los cultivos ha provocado desequilibrios ambientales y graves problemas para la salud humana, muchos de ellos aún por determinar. Actualmente, la agricultura es uno de los sectores que indirectamente más contaminación produce. La Revolución Verde es posible que haya disminuido el número de hambrientos (aunque actualmente se estima que todavía existen en el mundo unas 1.000 millones de personas hambrientas); pero también es cierto que existen unos 1.200 millones de personas con problemas de obesidad. El coste medioambiental y en la salud de las personas aún está por determinar. Vínculos externos Enseñanzas de la revolución verde: hacia una nueva revolución verde. Cumbre mundial sobre la alimentación. FAO, 1996 La Inacabada Revolución Verde – El Futuro Rol de la Ciencia y la Tecnología en la Alimentación del Mundo en Desarrollo by Norman E.Borlaug and Christopher Dowswell. Iowans Who Fed The World – Norman Borlaug: Geneticist.

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