La extinción de los animales por la acción del hombre
La extinción de especies animales debido a la acción del hombre es un fenómeno evidente, por todos conocido. Se le intenta poner freno mediante el conocimiento del funcionamiento de los ecosistemas y el respeto por la biodiversidad. Los legisladores cambian los hábitos del consumo, protegen las propias especies animales y a sus espacios naturales . Se promueven programas de conservación de hábitats, de cría de animales en cautividad. Se imponen prácticas sostenibles en ciertos sectores, y se prohiben o limitan ciertas prácticas comerciales.
Efectivamente, se pueden tomar medidas para salvar o proteger ciertas especies animales pero, desde un punto de vista general y no específico, la extinción de muchas especies animales es inherente a las condiciones de desarrollo y progreso de la humanidad. La pérdida del habitat de las especies animales, la contaminación resultante de las actividades industriales, agrícolas y urbanas, la alteración de los patrones climáticos, la sobreexplotación, la introducción de especies exóticas son consecuencias de la actividad humana que irreversiblemente alteran las condiciones de vida de muchas especies animales, y en muchos casos provocan su extinción.
El progreso natural de las especies animales (es decir, el aumento del número de individuos, el aumento de su longevidad y su mayor capacidad de adaptación a otros entornos) es el resultado de la lucha por unos recursos limitados.
Las actividades humanas durante la prehistoria, básicamente la caza y la recolección, o actualmente ciertas tribus poco evolucionadas tecnológicamente, tenían impacto en las poblaciones de animales, pero siempre en una dimensión local y limitada a los grupos de poblaciones.
Hay diferencias notables en la forma en que las sociedades prehistóricas interactuaban con la fauna en comparación con las sociedades modernas. El asentamiento de las poblaciones humanas, su crecimiento , la creación de un entorno “civilizado”, es decir despreocupado por el ecosistema, y principalmente la tecnología, convirtieron a la especie humana en la gran depredadora de especies.
La persistencia de las plagas
La situación de extinción o declive de los insectos varía ampliamente y puede ser difícil de evaluar para muchas especies debido a la falta de datos exhaustivos. Sin embargo, algunos estudios han destacado el declive preocupante de ciertos grupos de insectos. Por ejemplo, la mariposa monarca (Danaus plexippus), varias especies de abejas, escarabajos Acrididos (Cicindelidae), escarabajos rinoceronte (Dynastinae) y ciertas polillas de la Familia Noctuidae.
Además hay evidencias crecientes de una disminución en las poblaciones de insectos en diversas partes del mundo:
- Estudio en Alemania (2017): Un estudio a largo plazo en Alemania, publicado en la revista “PLOS ONE” en 2017, encontró una disminución del 76% en la biomasa de insectos voladores en reservas naturales alemanas en las últimas décadas.
- Estudio en Puerto Rico (2018): Investigadores que estudiaron la biomasa de insectos en el bosque tropical de Luquillo en Puerto Rico informaron una disminución del 98% en la biomasa de insectos voladores en comparación con estudios anteriores realizados en la década de 1970.
- Revisión Global (2019): Una revisión global de estudios sobre insectos, publicada en la revista “Biological Conservation” en 2019, concluyó que aproximadamente el 40% de las especies de insectos enfrentan una disminución y un tercio está amenazado con extinción.
- Monitoreo en Reservas Naturales (2021): Un estudio publicado en “Nature Ecology & Evolution” en 2021 basado en monitoreo a largo plazo en reservas naturales del Reino Unido informó una disminución del 34% en la abundancia de insectos voladores durante las últimas cuatro décadas.
Así pues unas especies de insectos se estinguen, de otras especies disminuyen las poblaciones de individuos y, sorprendentemente, otros insectos demuestran gran capacidad para mantenerse y propagarse en un entorno específico.
Estos insectos desarrollan resistencia a los insecticidas y sobreviven a los tratamientos químicos. Se adaptan y evolucionan rápidamente porque tienen ciclos de vida cortos. Incluso, las variaciones en las condiciones climáticas crean entornos más propicios para su desarrollo.
Son las plagas agrícolas, forestales y ornamentales las que presentan esas características. Pese a los esfuerzos del hombre por exterminar estos insectos por motivos económicos, las plagas persisten, aumentan y se expanden. No parece probable que las plagas agrícolas se vayan a extinguir.
La supervivencia de las plagas agrícolas por la acción del hombre
La Revolución Verde fue un movimiento agrícola que tuvo lugar en la segunda mitad del siglo XX, específicamente desde las décadas de 1940 a 1960. Se trataba de un conjunto de avances tecnológicos, prácticas agrícolas y políticas que llevaron a un aumento significativo en la producción de alimentos en todo el mundo. Esas tecnologías y prácticas ayudaron a abordar la escasez alimentaria de muchos países.
El éxito de las nuevas tecnologías en la producción de alimentos impuso una estandarización de las prácticas agrícolas que facilitó la supervivencia y expansión de las plagas agrícolas, actualmente un grave problema para la agricultura. En este caso, la actividad humana no provocaba la extinción de estas especies de insectos, sino que creó entornos que constituyeron nuevos ecosistemas adecuados para el mayor desarrollo de dichas especies.
- Monocultivos y Agricultura Intensiva:
- La práctica de cultivar grandes extensiones de tierra con un solo tipo de cultivo (monocultivo) y la agricultura intensiva pueden aumentar la vulnerabilidad de los cultivos a plagas específicas, ya que las poblaciones de plagas pueden encontrar un suministro constante de su alimento preferido.
- Uso Excesivo de Pesticidas:
- El uso indiscriminado y excesivo de pesticidas puede tener efectos negativos en los enemigos naturales de las plagas, como depredadores y parasitoides, desequilibrando así el ecosistema y favoreciendo el desarrollo de resistencia en las poblaciones de plagas.
- Falta de Rotación de Cultivos:
- La falta de rotación de cultivos, donde se planta el mismo cultivo repetidamente en la misma parcela, puede permitir que las plagas específicas asociadas con ese cultivo se acumulen en el suelo, facilitando su reproducción.
- Manejo Inadecuado de Residuos Agrícolas:
- La gestión inadecuada de los restos de cultivos y otros residuos agrícolas puede proporcionar refugio y alimento para las plagas, permitiendo que sus poblaciones aumenten.
Las técnicas de la agricultura moderna, proporcionó a las plagas agrícolas un alimento abundante, el entorno necesario y les facilitó mayores probabilidades de supervivencia mediante el uso indiscriminado de los pesticidas químicos.
No sólo la agricultura, además la globalización del comercio agrícola facilitó la introducción de nuevas plagas en regiones donde no existían previamente, al transportar insectos y patógenos. La especie humana facilita su distribución geográfica. Y con el Cambio Climático creó las condiciones climatológicas para que las plagas pudieran establecerse en nuevos territorios, y se desarrollaran gracias a la falta de enemigos naturales.
Conclusión
La actual crisis de pérdida de biodiversidad, impulsada por factores humanos, está llevando a una aceleración en las tasas de extinción en todo el mundo. La Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) enumera miles de especies en peligro crítico de extinción.
La conservación y la gestión sostenible de los ecosistemas son esenciales para frenar la pérdida de biodiversidad y proteger las especies en riesgo. La conciencia pública, la educación ambiental y la implementación de prácticas sostenibles son cruciales para abordar este desafío global. Y se considera que la gestión sostenible de los recursos naturales y la conciencia global sobre el impacto de las actividades humanas en los ecosistemas son esenciales para evitar la extinción de las especies animales. Pero no parece suficiente.
Actualmente además de la acelerada tasa del número de especies en vías de estinción, existe otro fenómeno preocupante. Hay evidencias de una disminución significativa en las poblaciones del número de animales en el mundo, sin que se pueda hablar aún de riesgo de extinción de dichas especies.
No es extraño que el éxito de la especie humana suponga la extinción de otras especies animales, en una lucha por los recursos limitados. Ante la escasez de los recursos ninguna especie comparte los recursos que necesita. El éxito biológico de la especie humana, en términos de expansión geográfica, población total y longevidad del individuo, implica necesariamente el declive de las especies del planeta que no están relacionadas con ese éxito. Y al contrario sucede con otras especies, como las plagas agrícolas, que son capaces de adaptarse a las nuevas condiciones y aprovechar el entorno creado por el Hombre, en este caso la moderna agricultura, como un entorno de progreso de la especie..
El éxito de las plagas agrícolas está directamente asociado al éxito de la especie humana. Pero los científicos piensan que la pérdida de biodiversidad también tiene implicaciones para los seres humanos. La biodiversidad saludable es crucial para la provisión de alimentos, medicinas, recursos naturales y servicios ecosistémicos.