Category: Control Biológico de plagas

Los bioplaguicidas como alternativa

Una oportunidad de mercado A partir de los años 50 el empleo de plaguicidas sintéticos para el control de plagas y malezas se generalizó en la agricultura debido a la reducción de mano de obra, su efectividad, simplicidad y rapidez de actuación. Pero con el transcurso del tiempo se han descubierto sus efectos sobre la salud humana, la fauna benéfica, los problemas que generan de contaminación ambiental y el desarrollo de resistencia en los insectos que ha reducido su eficacia. El mercado de plaguicidas sintéticos continúa creciendo, pero los consumidores son cada vez más conscientes de los daños que causan. Y los Gobiernos, a través de los órganos reguladores, aprueban menos plaguicidas, o los retiran gradualmente del mercado. Además el coste de nuevos pesticidas sintéticos se sitúa en unos US$240, mientras que el desarrollo de un nuevo biopesticida alcanza se establece en los US$15-25 millones”. Esta situación abre oportunidades la introducción de productos desarrollados por la biotecnología en el mercado de los insumos agrícolas. Ya se nota esa tendencia en el mercado: mientras el mercado de los plaguicidas sintéticos crece anualmente un 2%, los bioplaguicidas lo están haciendo en un 10% anual. Y es un hecho que el sector agrícola necesita productos eficaces contra las plagas y la maleza Los biopesticidas Existen varios productos en el mercado, pero el uso de biopesticidas, es decir, pesticidas derivados de materias de origen animal, vegetal, bacteriano y mineral, aún no se ha generalizado en la agricultura de producción intensiva. Prácticamente no se contemplan como sustitutos de los pesticidas, sino como un complemento a éstos. O en la agricultura orgánica, los biopesticidas se suelen utilizar como una herramienta que complementa las prácticas culturales en el control de plagas. Contrariamente a la opinión generalizada, un producto orgánico no significa necesariamente que esté libre de pesticidas, sino que éstos no son de naturaleza sintética. Los biopesticidas aprobados para su uso en agricultura orgánica suelen ser menos peligrosos que los pesticidas de síntesis, pero la naturaleza biológica o mineral de sus compuestos no significa que todos carezcan de efectos tóxicos. Por ejemplo, la rotenona, una sustancia de origen vegetal catalogada desde el año 2007 como toxina ambiental, y que tiene un grado de toxicidad similar al DDT, se comercializa en varios países para el control de plagas en árboles frutales, como pulgones, cochinillas, orugas, ácaros, etc. Sin embargo, por sus efectos tóxicos, la rotenona ha sido excluido del listado de productos fitosanitarios de la Unión Europea desde 2008. También los fungicidas que incluyen como principios activos determinados compuestos del cobre, y que son muy utilizados preventivamente en la producción intensiva de frutales, hortalizas, vid, etc, tienen un alto impacto ecotoxicológico, y varios estudios demuestran que son contaminantes del suelo. El prefijo bio, por consiguiente, no es necesariamente sinónimo de no tóxico. Al igual que sucede con los plaguicidas de síntesis, también es preciso evaluar los indicadores de riesgo de los bioplaguicidas. Además, dado que su aplicación requiere altas dosis, y generalmente mayor número de tratamientos, su impacto ecotoxicológico puede ser finalmente mayor que el de ciertos plaguicidas. Lo importante no es el origen natural de sus componentes, o su eficacia, sino su toxicidad y efectos sobre el medioambiente. Se suelen clasificar los biopesticidas según el origen de su ingrediente activo, que pueden ser microorganismos, bioquímicos y semioquímicos. Microorganismos Son empleados en el control de insectos, patógenos y también malezas. Se obtienen a partir de bacterias, hongos, virus y levaduras. Bacterias El biopesticida microbiano más usado en el mundo es el obtenido a partir de Bacillus thuringiensis (Bt), una bacteria que habita en el suelo. Los biopesticidas desarrollados a partir de ésta bacteria están formados por las endoesporas que producen, y los cristales de la proteina ∂-endotoxina que se forma durante el proceso de de esporulación. Sus ventas representan aproximadamente el 66% de las ventas de biopesticidas. Se utiliza para el preparado de productos, que deben ser ingeridos por el insecto plaga, y en la modificación genética de plantas, que resultan productoras de las toxinas Bt. En agricultura es usado para el control de lepidópteros, dípteros, coleópteros, hemípteros y nemátodos, que afectan a numerosos tipos de cereales, oleaginosas, frutas y hortalizas. El uso de productos que utilicen el Bacillus thuringiensis, para ser realmente eficientes, necesitan un conocimiento específico del estadío de desarrollo biológico de la plaga, pues prácticamente sólo afectan a los estadios larvarios L1 y L2 de las especies de plagas mencionadas. Por ese motivo es importante realizar un monitoreo de los cultivos y el estado de las plagas, o automatizar el proceso mediante un software como FuturCrop. Mico-fungicidas Son fungicidas biológicos desarrollados principalmente a partir de  hongos y bacterias. Suelen ser menos eficientes que los fungicidas de síntesis porque tienen ciertas limitaciones ambientales de aplicación, escasa vida útil, y son de acción lenta. Por ese motivo, no son recomendables en situaciones epidémicas, ni en en cultivos extensivos. Suelen utilizarse en cultivos intensivos en invernadero. Se han comercializado varios mico-herbicidas para cultivos de soja, arroz y cítricos. Sin embargo tienen algunas limitaciones respecto a su eficacia, persistencia, dispersión, y pueden causar daños a especies que no son el objetivo de acción. Virus entomopatógenos Se conocen alrededor de 450 especies de virus capaces de causar enfermedades a insectos y ácaros. Los más usados como biopesticidas pertenecen a la familia de los Baculovirus (como los virus de la poliedrosis nuclear o nucleopoliedrovirus), que afectan 13 subfamilias de lepidópteros. Es la familia de virus más estudiada, pero afectan exclusivamente a lepidópteros. Generalmente los virus tienen una limitación de eficacia a los insectos para los que fueron aislados. Tienen bajo impacto ecotoxicológico y, según las pruebas de laboratorio  son eficaces contra todos los estados larvarios del insecto. Bioquímicos Bajo esta denominación se incluyen una amplia variedad de productos para el control de plagas, desarrollados a partir de feromonas de insectos, extractos de aceites vegetales y botánicos. Extractos vegetales de toxinas (fitopesticidas) Existen  numerosas familias vegetales con capacidad insecticida, como la Familia Piperaceae, Liliaceae (Allium) y Brassicaceae (Crucíferas). Se conocen 2,400

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¿Qué comen las mariquitas?

Introducción Las mariquitas (también llamadas catirinas, catitas, vaquitas de San Antonio, vaquitas de San Antón, sarantontón, sanantonitos, San Antonios, tortolitas, chinitas, coquitoss, etc, porque su denominación varía según la especie y el país), es el nombre común de una familia de insectos coleópteros (Coccinellidae) que cuenta con más de 5.000 especies alrededor del mundo. Se caracterizan por su diversidad de tamaños (de 1 a 10 cm) y colores. Importancia de las mariquitas en la agricultura Las mariquitas son insectos beneficiosos que se alimentan de una gran variedad de pequeños insectos y huevos de insectos. Su alimento favorito son los pulgones, pero también comen pequeñas arañas, cochinillas y otros insectos y ácaros a los que pueden atacar y someter Las mariquitas adultas no sólo comen insectos. Dependiendo de la especie, algunos adultos se alimentan de néctar y polen y otros comen el moho que se forma en las plantas y el polen, pero las larvas son estrictamente carnívoras Las mariquitas han sido siempre muy apreciadas por los agricultores, ya que son depredadoras de plagas de cultivos, como áfidos (pulgones), cocos o cochinillas, ácaros, larvas de moscas, etc. Las hembras suelen hacer la puesta de huevos cerca de las colonias de insectos para que tengan su alimento cercano nada más nacer las larvas. Tal es su voracidad que las larvas recién nacidas se alimentan de su propio huevo, y llegan incluso a comerse huevos no eclosionados antes de empezar a alimentarse de insectos. Las larvas de mariquita de los últimos estadios de desarrollo son las más voraces. Se estima que una mariquita adulta puede alimentarse de más de mil presas durante el verano. Pero no todas las mariquitas son depredadoras de insectos. Los miembros de la subfamilia Epilachninae se alimentan de hojas, granos o semillas de diversos cultivos de las familias Solanaceae (patata, tomate, chile, pimiento o la berenjena), Cucurbitaceae (calabaza, calabacín, melón, pepino, etc), Fabaceae (legumbres) o Poaceae (maiz). Pueden llegar a ser una verdadera plaga de los cultivos. El 16% de las especies de coccinélidos pertenecen a esta subfamilia. Comercialización para control biológico de plagas Fue a finales del siglo XIX cuando se produjo en California una infestación de cochinilla acanalada (Icerya purchasi), una plaga importada accidentalmente de Australia, y que amenazaba la incipiente e importante producción de cítricos de la región. Para combatir la plaga se buscó en Australia alguno de sus enemigos naturales (parásitoides y depredadores), que se llevaron a California, se criaron y se realizaron sueltas de la mariquita durante 2 campañas. La medida produjo una importante reducción de las poblaciones de Icerya purchasi, salvando a la industria de los cítricos de California, e iniciando así la estrategia de la introducción de un enemigo natural para el control de una plaga exótica. Las mariquitas de dos y siete puntos (Adalia bipunctata y Adalia septempunctata) son las más conocidas, pues se alimentan de hasta 28 especies diferentes de pulgones. Pero fue la Rodolia cardinalis la primera mariquita utilizada intencionadamente como mecanismo de control biológico de plagas en la agricultura. En la actualidad se ha normalizado la suelta de mariquitas en una agricultura sostenible y menos dependiente de los insecticidas químicos para el control de las plagas. El éxito de los Organismos de Control Biológico (parasitoides y depredadores) depende del momento en que se realiza su suelta – FuturCropFuturCrop permite realizar la suelta cuando hay el mayor número de individuos inmaduros de la plaga (huevos, larvas o ninfas) que son el alimento de los insectos parasitoides o depredadores. Manuales

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Control de plagas utilizando plantas

Introducción Historia Con la generalización de los métodos de la agricultura intensiva, se ha ido perdiendo el acervo tradicional de las prácticas de una agricultura tradicional, con siglos de experiencia, menos productiva pero más colaboradora con la naturaleza y sostenible. Se puede recurrir al control de plagas utilizando plantas, también conocido como control biológico vegetal, es una estrategia innovadora y sostenible que aprovecha las propiedades de ciertas plantas para repeler, atraer o incluso eliminar organismos no deseados que afectan los cultivos. Esta práctica se basa en la interacción química y biológica entre las plantas y las plagas, aprovechando compuestos volátiles, aceites esenciales y otras sustancias naturales producidas por las plantas. El control biológico vegetal tiene sus raíces en las prácticas ancestrales de agricultura y horticultura, donde los agricultores observaban y aprendían a utilizar plantas que mostraban propiedades repelentes o atraían insectos beneficiosos para proteger sus cultivos. Sin embargo, la formalización y el desarrollo sistemático del control biológico como disciplina científica comenzaron en el siglo XIX. El reconocimiento del potencial de los enemigos naturales para controlar las poblaciones de plagas se intensificó con la devastación causada por las plagas invasoras en diferentes regiones del mundo durante esa época. Uno de los primeros éxitos documentados del control biológico ocurrió en 1888, cuando el barón Albert K. M. von Osten-Sacken introdujo un parasitoide europeo para controlar una plaga de cochinillas en California, Estados Unidos. Con el advenimiento de la agricultura industrial y el uso generalizado de pesticidas químicos en la segunda mitad del siglo XX, el control biológico enfrentó un período de relativo declive. Sin embargo, con la creciente preocupación por los impactos ambientales, la resistencia a los plaguicidas y la búsqueda de prácticas agrícolas sostenibles en el siglo XXI, el interés y la inversión en el control biológico vegetal han resurgido con fuerza. Beneficios La utilización de plantas en el control de plagas ofrece múltiples beneficios, entre los que se destacan la reducción del uso de productos químicos sintéticos, la preservación de la biodiversidad y la salud del suelo, y la promoción de prácticas agrícolas más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. Además, esta estrategia puede contribuir a la diversificación de los sistemas de cultivo, creando hábitats favorables para los enemigos naturales de las plagas y mejorando la resiliencia de los agroecosistemas ante las fluctuaciones ambientales y los desafíos fitosanitarios. Como parte integral de un enfoque integrado de manejo de plagas representa una alternativa prometedora y eficaz para enfrentar los desafíos actuales en la agricultura, fomentando sistemas agrícolas más equilibrados, saludables y sostenibles. Plantas repelentes de plagas Las plantas repelentes de plagas agrícolas son una herramienta valiosa en la gestión integrada de plagas, ya que pueden actuar como barreras naturales o interacciones químicas que disuaden a las plagas de alimentarse o reproducirse en los cultivos. Algunas plantas actúan como repelentes de plagas, a través de su olor o composición química Caléndula (Calendula officinalis): Esta planta es conocida por su capacidad para repeler nematodos del suelo, áfidos y moscas blancas. Además, atrae insectos beneficiosos como las mariquitas y las avispas parasitoides. Albahaca (Ocimum basilicum): La albahaca es efectiva para repeler mosquitos, moscas blancas, áfidos y escarabajos. Su aroma intenso actúa como un repelente natural. Menta (Mentha spp.): La menta es una planta repelente versátil que puede ayudar a mantener alejados a insectos como hormigas, mosquitos y pulgas. Romero (Rosmarinus officinalis): Esta hierba aromática es eficaz contra algunas plagas de insectos, incluidas las polillas y los escarabajos. Crisantemo (Chrysanthemum spp.): El crisantemo contiene piretrinas naturales, un insecticida de origen vegetal que es efectivo contra una amplia variedad de plagas, incluidos áfidos, escarabajos y moscas. Lavanda (Lavandula spp.): La lavanda es conocida por su aroma fuerte y agradable que puede repeler mosquitos, polillas y pulgones. Tagetes o Cempasúchil (Tagetes spp.): Estas plantas son especialmente efectivas contra nematodos del suelo, pero también pueden repeler áfidos, escarabajos y mosquitos. Ajenjo (Artemisia absinthium): El ajenjo es conocido por sus propiedades repelentes contra las polillas, mosquitos y pulgas, y también puede ayudar a controlar nematodos del suelo. Plantas que atraen insectos benéficos Las plantas que atraen insectos benéficos son una herramienta esencial en la gestión integrada de plagas, ya que ayudan a mantener un equilibrio natural en el ecosistema agrícola al atraer insectos depredadores y parasitoides que se alimentan de plagas. Ejemplos de plantas que atraen insectos benéficos: Coriandro (Coriandrum sativum): Esta planta atrae a mariquitas, que son depredadores naturales de áfidos, pulgones y otros insectos plaga. Diente de león (Taraxacum officinale): Los dientes de león atraen a abejas, avispas parasitoides y mariquitas, que son beneficiosos para el control de plagas. Zanahoria silvestre (Daucus carota): Las flores de la zanahoria silvestre atraen a avispas parasitoides y otros insectos beneficiosos que ayudan en el control biológico de plagas. Hinojo (Foeniculum vulgare): El hinojo atrae a insectos benéficos como las mariquitas, crisopas y avispas parasitoides, que se alimentan de áfidos y otros insectos plaga. Girasol (Helianthus annuus): Los girasoles son atractivos para abejas y otros polinizadores, así como para avispas parasitoides que ayudan en el control de plagas. Cilantro (Coriandrum sativum): Además de atraer mariquitas, el cilantro también puede atraer a avispas parasitoides y moscas depredadoras que se alimentan de plagas. Achicoria (Cichorium intybus): Las flores de la achicoria atraen a insectos benéficos como las abejas y las avispas parasitoides, que contribuyen al control natural de plagas. Lavanda (Lavandula spp.): Aunque también es conocida por sus propiedades repelentes de plagas, la lavanda atrae a abejas y otros polinizadores beneficiosos. Estas plantas pueden ser incorporadas en los sistemas agrícolas mediante la siembra de setos florales, cultivos intercalados o como plantas compañeras para mejorar la biodiversidad y promover el control biológico de plagas. Su presencia en el agroecosistema contribuye a la salud de los cultivos, reduce la necesidad de insecticidas químicos y fomenta prácticas agrícolas sostenibles que benefician tanto a los agricultores como al medio ambiente. Plantas trampa Las plantas trampa, también conocidas como plantas refugio o plantas trampolín, son aquellas que atraen específicamente a las plagas para desviarlas de los

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