Category: Control de plagas

Reinfestaciones de plagas agrícolas

El problema de las reinfestaciones de plagas agrícolas

Causas de las infestaciones Las reinfestaciones de plagas consisten en la reaparición de una plaga en un área o cultivo después de que se ha realizado un control o tratamiento para eliminarla. Este fenómeno cada vez más frecuente, por ejemplo con la mosca blanca o la polilla del tomate, puede ocurrir por varias razones y actualmente es un desafío común en la agricultura y la gestión de plagas. Algunas de las razones más comunes para las reinfestaciones de plagas incluyen: Las reinfestaciones de plagas pueden ser un desafío significativo para los agricultores y los gestores de plagas, ya que pueden resultar en pérdidas económicas y daños a los cultivos. Por este motivo es importante abordar las causas subyacentes de las reinfestaciones, y desarrollar estrategias de manejo de plagas que sean sostenibles y efectivas a largo plazo. El Cambio Climático El cambio climático tiene un impacto significativo en la reinfestación de plagas agrícolas. Las variaciones en las temperaturas, los patrones de lluvia y otros factores climáticos pueden alterar los ciclos de vida de las plagas, lo que a su vez puede aumentar su población y la frecuencia de las infestaciones. Además, el cambio climático puede alterar los ecosistemas y las relaciones de depredación y competencia entre las especies, lo que puede favorecer la proliferación de ciertas plagas. Para evitar las reinfestaciones de plagas y manejar eficazmente el control de plagas, es esencial tener en cuenta los efectos del cambio climático. FuturCrop, una herramienta innovadora basada en la inteligencia artificial y criterios fenológicos, puede ser una solución efectiva para este desafío. La herramienta proporciona a los agricultores información precisa sobre el momento óptimo de tratamiento para controlar las plagas, lo que les permite tomar decisiones informadas y evitar tratamientos innecesarios. Resistencia a los insecticidas La resistencia de las plagas a los insecticidas es un proceso evolutivo mediante el cual las poblaciones de plagas desarrollan la capacidad de sobrevivir a dosis letales de un insecticida que antes era efectivo para controlarlas. Este fenómeno ocurre debido a la selección natural y la presión selectiva ejercida por el uso excesivo o incorrecto de insecticidas. El desarrollo de resistencia a los insecticidas suele ser un proceso gradual y puede ocurrir por diversas razones: Mutaciones Genéticas Las plagas pueden tener mutaciones genéticas que les confieren resistencia a ciertos insecticidas. Estas mutaciones pueden ser heredadas y, con el tiempo, se vuelven más comunes en la población de plagas. Selección Natural Cuando se aplica un insecticida, las plagas más susceptibles a él son eliminadas, mientras que las que tienen resistencia sobreviven y se reproducen. Esto crea una población de plagas más resistente a ese insecticida en particular. Exposición Repetida El uso frecuente o continuado de un mismo insecticida puede llevar a una mayor exposición de las plagas al mismo, lo que aumenta la probabilidad de que desarrollen resistencia. Uso Incorrecto La aplicación incorrecta de insecticidas, como la dosificación inadecuada o la aplicación en momentos inapropiados, puede contribuir al desarrollo de resistencia. Para evitar o retrasar el desarrollo de resistencia, es importante utilizar insecticidas de manera responsable y siempre siguiendo las recomendaciones del fabricante. Esto incluye Rotar los insecticidas. Utilizar mezclas de diferentes clases de insecticidas. Aplicar los insecticidas en el momento adecuado del ciclo de vida de la plaga. Evitar el uso excesivo o innecesario de los mismos. Además, el monitoreo constante de las poblaciones de plagas y el uso de nuevas tecnologías que proporcionen información precisa sobre el desarrollo de las plagas y el momento óptimo para aplicar los tratamientos, puede ayudar a prevenir la resistencia y a manejar eficazmente el control de plagas. Plagas transfronterizas Las plagas transfronterizas representan un desafío significativo para la agricultura y la seguridad alimentaria en todo el mundo. Estas plagas son aquellas que se extienden más allá de las fronteras de un una zona geográfica y pueden causar daños significativos a los cultivos y ecosistemas en múltiples regiones geográficas. El aumento del comercio y los viajes internacionales, junto con el cambio climático y otros factores ambientales, han contribuido a la propagación de plagas transfronterizas y han agravado sus efectos. Algunos ejemplos de plagas transfronterizas incluyen: El gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) Se trata de una plaga importante de los cultivos de maíz, sorgo y otros cereales en América, pero también se ha extendido a África, Asia y Europa. Su rápida propagación y capacidad para desarrollar resistencia a los insecticidas lo convierten en una plaga difícil de controlar. El pulgón de los cereales (Sitobion avenae) Este insecto es una plaga común de los cultivos de cereales en Europa, pero también se ha extendido a otras partes del mundo. Se alimenta de la savia de las plantas y puede transmitir enfermedades virales. La mosca de la fruta del Mediterráneo (Ceratitis capitata) Esta mosca es una plaga importante de los cultivos de frutas y hortalizas en el Mediterráneo, pero también se ha extendido a otras partes del mundo. Puede causar daños significativos a los cultivos y puede ser difícil de controlar debido a su rápida reproducción y capacidad para desarrollar resistencia a los insecticidas. El escarabajo de la patata (Leptinotarsa decemlineata) Este escarabajo es una plaga importante de los cultivos de patatas en América del Norte, pero también se ha extendido a Europa y Asia. Se alimenta de las hojas de las patatas y puede causar daños significativos a los cultivos. La polilla del tomate (Tuta absoluta) Esta polilla es una plaga importante de los cultivos de tomate en América del Sur, pero también se ha extendido a otras partes del mundo. Se alimenta de las hojas, los tallos y los frutos de los tomates y puede causar daños significativos a los cultivos. Las Nuevas Tecnologías y el control de plagas Las nuevas tecnologías, como la Inteligencia Artificial y la modelización de datos, están cambiando la forma en que los agricultores abordan el control de plagas. Tradicionalmente, el control de plagas se ha basado en el uso de pesticidas químicos, que pueden ser costosos y dañinos para el medio ambiente. Sin embargo, con el desarrollo

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liberación de parasitoides

Criterios de liberación de parasitoides de plagas

Criterios de liberación de parasitoides de plagas Se suelen utilizar 2 criterios de liberación de parasitoides de plagas. En la mayoría de los casos es el propio técnico comercial el que evalúa el momento en que se liberan los Organismos de Control Biológico. El criterio de la superficie de cobertura El criterio de la superficie de cobertura en la liberación de parasitoides para el control de plagas agrícolas se refiere a la cantidad de área de cultivo que debe ser tratada con los parasitoides para lograr un control efectivo de las plagas. Los parasitoides son organismos que parasitan y eventualmente matan a las plagas, como insectos dañinos para los cultivos, sin causar un daño significativo al cultivo en sí mismo. Para que la liberación de parasitoides sea exitosa, es importante que se distribuyan de manera uniforme en la superficie del campo, de modo que puedan encontrar a las plagas de manera efectiva y reducir su población. La superficie de cobertura se refiere a la extensión del campo que se trata con los parasitoides y puede variar dependiendo de varios factores, como el tipo de cultivo, la densidad de la plaga y las condiciones ambientales. Determinar el tamaño adecuado de la superficie de cobertura es crucial para optimizar la eficacia del control biológico y minimizar los costos asociados con la liberación de parasitoides. Esto puede implicar el uso de modelos de dispersión de los parasitoides y las plagas, así como estudios de campo para evaluar la eficacia de diferentes estrategias de liberación. En general, se busca cubrir una cantidad suficiente de área para garantizar que los parasitoides puedan encontrar y controlar las poblaciones de plagas de manera efectiva. Cuando se utilizan insectos parasitoides para el control de plagas, habitualmente se libera un número constante de parasitoides por unidad de superficie. Se suelen presentar tablas de superficie de cobertura. QUANTITY PER PACKAGE APPROX. COVERAGE 500 Insects (Eggs) 250 sq. ft. 1,000 Insects (Eggs) 500 sq. ft. O se dan instrucciones de aplicación: Best use preventatively at roughly 0.1 per square foot before adult whiteflies are seen and 0.2 per square foot thereafter.  El criterio de la densidad poblacional de la plaga En cierta medida se aplican los mismos criterios de tratamiento que se utilizan para los tratamientos químicos: el criterio de aplicación es el umbral económico y la dosis no depende del nivel poblacional de la plaga. Sin embargo, para conseguir un control biológico de plagas eficiente y reducir costes es conveniente que el tratamiento sea una respuesta funcional a la situación de infestación, realizar una suelta racional de los parasitoides, que varíe en función de la cantidad de hospederos que se espera controlar. Es decir, que para implementar una estrategia de control biológico exitosa se requiere tener conocimiento de la densidad de la población de la plaga, con el fin de definir la cantidad de organismos biológicos de control que se deben liberar.  Los siguientes son los criterios de liberación de parasitoides de plagas, en función de su densidad: Desde 1926 la avispa parasitoide Encarsia formosa se utiliza para controlar a la poblacion de la mosca blanca de los invernaderos (Trialeurodes vaporariorum). En un estudio realizado en Colombia en el año 2008 (Sandra Aragón, Daniel Rodríguez, Fernando Cantor 2008) se determinó la relación entre parasitoides liberados y el porcentaje de control de Encarsia (sobre una población de 500 ninfas de mosca blanca), siendo el número de individuos liberados que tiene un control más eficaz de 30 adultos de Encarsia formosa por planta, con 77,1% de ninfas de moscas blancas parasitadas. La interferencia entre parasitoides de plagas La interferencia entre parasitoides de plagas ocurre cuando múltiples especies o individuos de parasitoides compiten entre sí por los recursos disponibles, como las larvas de la plaga hospedera. Esta interferencia puede tener varios efectos en el control biológico de plagas: Cuando hay varios parasitoides presentes en un área y compiten por las mismas larvas de la plaga, puede ocurrir una competencia por los huéspedes. Esto puede resultar en una reducción de la eficacia de control de cada parasitoide individual, ya que tienen que compartir y competir por las mismas fuentes de alimento. También hay que tener en cuenta la supresión de la eficacia de control por la relación entre dos parasitoides. Si un parasitoide es más eficaz en la búsqueda y parasitación de las larvas de la plaga que otro, puede suprimir la eficacia del segundo parasitoide al agotar el suministro de huéspedes disponibles antes de que el segundo parasitoide pueda actuar. Además, algunas especies de parasitoides pueden exhibir comportamientos agresivos hacia otros parasitoides, lo que puede resultar en la muerte de individuos competidores. Esto puede tener un impacto significativo en la dinámica de la comunidad de parasitoides y en la eficacia del control biológico. La interferencia entre parasitoides puede influir en la diversidad y composición de la comunidad de parasitoides en un área determinada. Esto puede tener implicaciones a largo plazo para el control biológico de plagas y la estabilidad de los ecosistemas agrícolas. Para mitigar los efectos negativos de la interferencia entre parasitoides, es importante comprender la dinámica de la comunidad de parasitoides y diseñar estrategias de control biológico que minimicen la competencia entre especies de parasitoides. Esto puede incluir la selección de especies de parasitoides que sean compatibles entre sí y la implementación de prácticas de liberación y manejo que favorezcan la coexistencia de múltiples especies de parasitoides en el agroecosistema. En la siguiente tabla se observa el fenómeno de la interferencia entre parasitoides: 10 avispas liberadas por planta logran un control por avispa de 23 ninfas de mosca blanca. Pero la eficacia de control individual por avispa disminuye a medida que aumenta el número de insectos liberados hasta llegar a las 5 ninfas controladas por avispa. En el mencionado trabajo se concluyó que la proporción parasitoide/hospedero que permite maximizar el control biológico de mosca blanca (un control cercano al 80%) es de 1 avispa de Encarsia formosa por cada 17 ninfas de Trialeurodes vaporariorum en tercer instar. El estado de desarrollo biológico

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trampas para plagas

Trampas para el control de plagas

Trampas para el monitoreo o para la captura masiva Las trampas para el control de plagas se pueden distinguir por su función en trampas para el monitoreo, o para la captura masiva. En el primer caso, las trampas permiten detectar tempranamente la presencia de determinadas especies de plagas en las zonas de cultivo. Proporcionan información que los técnicos utilizan para decidir dónde y de qué forma aplicar los tratamientos. La captura masiva de una plaga mediante trampas ha tenido éxito en el caso de ciertas moscas de la fruta, como la mosca del Mediterráneo (Ceratitis capitata). Se suele combinar la trampa atrayente con algún cebo tóxico, en una técnica conocida como “atraer y matar”. Se utilizan trampas cebadas con sales de amonio y aminas para la gestión de las poblaciones de esta plaga.  La diferencia entre la utilización de las trampas para la detección y seguimiento, o para la captura masiva está también en la densidad de trampas por cultivo. Tipos de trampas Trampas cromáticas Son unas placas de plástico rígido y resistente, y adhesivas por ambas caras. Necesariamente tienen que ser repelentes al agua, que no se deterioren con las altas temperaturas y que no contenga sustancias tóxicas.  Los insectos plaga (aunque también algunos insectos beneficiosos) se ven atraidos por ciertos colores, especialmente los siguientes: Amarillo: Las placas cromotrópicas de color amarillo son las más utilizadas, pues son especialmente eficaces para la detección y captura dípteros y áfidos, como la mosca blanca, minadores, mosca esciárida, pulgones, y algunos Lepidóteros como la Tuta absoluta. Como ya se indicó, tienen el inconveniente de que también capturan insectos beneficiosos. En este sentido, son especies sensibles a las trampas cromáticas, Coenosia atenuatta, Aphidius, Aphelinus, lysiphlebus, Aphytis, Encarsia, Orius, Nesidiocoris, Chrisoperla y muchas otras especies depredadoras entre las que se encuentran la mayoría de los coccinélidos. Por tanto es importante tener en cuenta que, cuando las poblaciones de esos insectos auxiliares son bajas hay que considerar su posible efecto negativo. Azul Las placas de color azul y celeste son especialmente eficaces para la detección y captura de trips. Este color se utiliza menos para las trampas porque su poder de atracción es menor. La capacidad de atraer menor número de insectos puede ser útil cuando tratamos de proteger a la fauna auxiliar, por ejemplo trichogramma, para asegurarnos un control natural de otras plagas secundarias. Negro Se usan mucho para proteger los cultivos de la acción de la Tuta absoluta, que se ve atraída por colores oscuros como el negro, además no atraena un importante enemigo natural de la Tuta, la chinche mírida Nesidiocoris tenuis.  En menor medida se utilizan otros colores,como el blanco para captura de trípidos y el rojo para captura de escarabajos.  ¿Quieres saber cómo hacer trampas cromáticas? Trampas de feromonas Utilizan un atrayente sintético que simula la feromona natural que emiten las hembras para atraer a los machos (al atraer sólo a los machos, no aumenta el riesgo de oviposición). Generalmente, la densidad de colocación de las trampas de color amarillo y azul es de 2 a 4 trampas por 1000 m2 (durante la detección) y 1 trampa por lado de 5 a 25 m2 (durante el control de plagas). Cuando se utilicen difusores de feromonas, tanto los pigmentos blancos como los amarillos se colocarán a una densidad de 1 a 2 trampas por hectárea para detección y seguimiento, y de 10 a 20 trampas en el caso de los testigos, porque se activan las trampas. con difusor de feromonas Hay que tener en cuenta la densidad de trampas colocadas por superficie, pues si se colocan más trampas de las adecuadas desaparece el efecto llamada y no aumenta el número total de capturas. Instrucciones para construir una trampa de feromonas: En sustitución de feromonas se pueden utilizar otras sustancias , como indican en el siguiente video. Trampas Delta Utilizadas generalmente para el monitoreo de las poblaciones de plagas, su llegada y evolución, especialmente polillas. Básicamente consisten en un difusor de feromonas colocado sobre una lámina horizontal y pegajosa, cubierta por un tejadillo. No se utilizan para realizar capturas masivas de insectos.  Trampas de agua El difusor de feromonas se coloca en el centro de una lámina de agua, de modo que cuando la polilla toque el agua ya no pueda retomar el vuelo.  Básicamente consiste en una bandeja con agua y una película de aceite sobre el agua para aumentar las capturas. Se le suele añadir un difusor de feromonas en un cestillo. Se coloca 1 o 2 trampas/ha. Cintas transparentes Cintas pegajosas, impregnadas de la feromona seleccionada. Se suelen utilizar en los invernaderos, donde se colocan en tiras a lo largo de las filas de cultivo. Su eficacia depende en gran medida de su correcta instalación. Su efectividad puede verse limitada por el polvo dentro de la instalación. También se utilizan para proteger árboles frutales y plantas contra insectos que suben o bajan por el tronco como hormigas, orugas y pulgones. Trampas de luz En general, las trampas de luz suelen atraer más a hembras que a machos. Las trampas colocadas cerca del suelo atrapan a una mayor cantidad de machos, mientras que las trampas elevadas atrapan a un número mayor de hembras. Las trampas de luz tienen un coste y mantenimiento elevados. Pero su mayor problema, es que son poco selectivas, eliminando por igual insectos plaga que fauna auxiliar.  La muerte de la polilla se realiza con agua, líquido insecticida o bien por electrocución en rejillas electrificadas. Otras trampas Además de las trampas mencionadas, existen en el mercado trampas que tratan de ser más específicas en el tipo de plaga que atrapan, por ejemplo según las características de vuelo de la plaga objetivo. Para su captura utilizan las técnicas anteriores aplicadas a contenedores. Existen los denominados mosqueros, que llevan los orificios de entrada para el insecto en la parte inferior, y que están pensadas para la captura de dípteros (moscas). Y contenedores que llevan las aperturas de entrada en la parte superior, son trampas pensadas para atrapar lepidópteros, y

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El éxito de los tratamientos químicos de control de plagas

Introducción El control químico de plagas es una herramienta crucial en la agricultura moderna para proteger cultivos y garantizar la seguridad alimentaria. Sin embargo, el éxito de estos tratamientos depende de varios factores clave que deben ser cuidadosamente considerados. Tipos de Plaguicidas o pesticidas Un plaguicida es una sustancia química o biológica diseñada para prevenir, destruir, repeler o mitigar cualquier plaga. Las plagas pueden incluir insectos, ácaros, roedores, malezas, hongos, bacterias, virus, entre otros organismos que afectan la salud humana, la agricultura, los ecosistemas o la calidad de vida. Insecticidas Son plaguicidas diseñados para controlar insectos. Pueden actuar de diferentes maneras, como interferir en el sistema nervioso, interrumpir el desarrollo o afectar la reproducción de los insectos. Herbicidas Se utilizan para controlar o eliminar plantas no deseadas, también conocidas como malezas. Los herbicidas pueden clasificarse según su modo de acción, como sistémicos, de contacto o selectivos. Fungicidas Son plaguicidas que controlan los hongos que causan enfermedades en plantas, cultivos y productos almacenados. Los fungicidas pueden prevenir el crecimiento de hongos o eliminar las infecciones existentes. Rodenticidas Se utilizan para controlar y eliminar roedores, como ratas y ratones, que pueden ser vectores de enfermedades y causar daños en estructuras y cultivos. Bactericidas y Viricidas Son plaguicidas diseñados para controlar bacterias y virus que pueden afectar la salud humana, la agricultura y los ecosistemas. Control de plagas agrícolas: Insecticidas Los insecticidas son pesticidas diseñados específicamente para controlar, repeler o eliminar insectos. Estos productos químicos se utilizan en agricultura, jardinería, salud pública y control de plagas para proteger cultivos y prevenir enfermedades transmitidas por insectos.. Componentes de los insecticidas La formulación y los componentes específicos de un insecticida pueden variar según el producto, el fabricante, la concentración del ingrediente activo y el tipo de aplicación (líquido, polvo, gránulos, aerosol). Factores a tener en cuenta para la elección del insecticida En la elección de un insecticida químico para controlar a los insectos hay que considerar varios factores que deben ser cuidadosamente considerados para garantizar una aplicación efectiva, segura y sostenible. A continuación, se describen los principales factores que determinan la elección de un insecticida químico: Tipo de Plaga Es fundamental identificar correctamente la plaga objetivo (insectos, ácaros, roedores, etc.) y conocer su ciclo de vida, hábitos, comportamiento y sensibilidad a diferentes tipos de insecticidas. Algunos insecticidas son más efectivos contra ciertas plagas específicas, por lo que la elección del producto adecuado dependerá del tipo y la gravedad de la plaga a controlar. Modo de Acción del Insecticida Cada insecticida tiene un modo de acción específico que determina cómo afecta al sistema nervioso, el desarrollo, la reproducción o el comportamiento de los insectos. Es importante seleccionar un insecticida con un modo de acción compatible con la biología y la fisiología de la plaga objetivo para maximizar la eficacia del control y minimizar el desarrollo de resistencias. Materia Activa o Ingrediente Activo La materia activa es el componente químico responsable de la actividad pesticida del insecticida. La elección de la materia activa adecuada es crucial para garantizar la eficacia del control, la seguridad de los cultivos, los animales y el medio ambiente. Se deben considerar factores como la toxicidad, la persistencia, la selectividad, la compatibilidad con otros productos, la regulación y las restricciones de uso asociadas con cada materia activa. Materias Activas Como ya se comentó, la materia activa es el componente químico responsable de la actividad pesticida del producto. En el caso de los insecticidas, las materias activas son compuestos químicos diseñados para afectar específicamente a los insectos, ya sea alterando su sistema nervioso, su desarrollo o su reproducción. Es necesario conocer las materias activas presentes en los insecticidas y su modo de acción para utilizarlos de manera segura y efectiva, minimizando los riesgos para la salud humana, los animales y el medio ambiente. Además, es importante seguir las recomendaciones de etiquetado, utilizar equipo de protección personal adecuado y aplicar los insecticidas según las indicaciones y dosis recomendadas por el fabricante o las autoridades reguladoras. Formulación y Tipo de Producto Los insecticidas están disponibles en diversas formulaciones (líquidos, polvos, gránulos, aerosoles) diseñadas para diferentes métodos de aplicación (aspersión, fumigación, cebo, tratamiento de semillas, etc.). Es importante seleccionar el tipo de producto y la formulación más adecuada según el método de aplicación, las condiciones ambientales, el tipo de cultivo y la plaga objetivo para garantizar una distribución uniforme y una cobertura efectiva del insecticida. Compatibilidad con Otros Métodos de Control y Prácticas Agrícolas: Es fundamental considerar la compatibilidad del insecticida con otros métodos de control integrado de plagas (MIP), prácticas agrícolas sostenibles y organismos beneficiosos (polinizadores, enemigos naturales, fauna del suelo). La elección de insecticidas de baja toxicidad para organismos beneficiosos y de bajo impacto ambiental puede contribuir a la conservación de la biodiversidad, la salud del suelo y la resiliencia de los agroecosistemas. Regulación, Seguridad y Residuos Se deben cumplir las regulaciones locales, nacionales e internacionales relacionadas con el registro, la comercialización, el uso seguro y la gestión de residuos de insecticidas. Es fundamental conocer y seguir las normativas y las recomendaciones de seguridad, utilizar equipo de protección personal adecuado y gestionar adecuadamente los envases vacíos y los residuos de productos químicos para minimizar los riesgos para la salud humana, los animales y el medio ambiente. La elección de un insecticida químico contra los plaguicidas depende de una evaluación integral de la plaga objetivo, la biología y la fisiología de la plaga, el modo de acción del insecticida, la materia activa, la formulación del producto, la compatibilidad con otros métodos de control y prácticas agrícolas, y el cumplimiento de las regulaciones y las normativas de seguridad y sostenibilidad. La materia activa: Tipos de insecticidas Insecticidas Organoclorados DDT, Lindano, Endosulfán. Actúan sobre el sistema nervioso de los insectos, alterando la transmisión de impulsos nerviosos. DDT: Utilizado históricamente para el control de mosquitos, pulgas, piojos, garrapatas y otras plagas en cultivos de algodón, café, cacao, cereales y frutales. Actualmente restringido o prohibido en la mayoría de los países debido a su persistencia y toxicidad ambiental y

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Claves para la identificación de Trips

Para que el tratamiento escogido sea totalmente eficiente, tenemos que tener claro la especie de la que se trata para asegurar el tratamiento químico, o el organismo de control dilógico que aplicar.

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bioplaguicidas

Control de plagas mediante extractos vegetales

La demanda de los consumidores y la legislación buscan la producción de alimentos más sanos. Pero los productores agrícolas se enfrentan a un incremento de las plagas debido al comercio internacional, a los modos de producción agrícolas modernos y al Cambio Climático. Como consecuencia muchas empresas productoras de plaguicidas han visto una oportunidad de mercado en el control de plagas mediante extractos vegetales. La industria de los fitosanitarios A partir de los años 50 del siglo XX empezaron a desarrollarse insecticidas sintéticos para uso agrícola. Los insecticidas sintéticos se caracterizan por su rapidez de acción y efecto devastador sobre todo tipo de insectos.  Durante años se emplearon repetida e indiscriminadamente sobre los cultivos, desconociendo el efecto de dichas sustancias sobre la salud y el medio ambiente. Se creó un nuevo y poderoso mercado para las industrias químicas, a partir de la creación de más de 1.000 principios activos que sirvieron para desarrollar unos 30.000 productos comerciales.  La industria agrícola creció a partir de una dependencia creciente de los insecticidas de síntesis. El descubrimiento de los efectos del uso repetitivo e indiscriminado, de los insecticidas de síntesis química (como la aparición de resistencias en las plagas a los principios activos de los insecticidas químicos, daños medio ambientales irreversibles, e incluso daños en la salud humana), ha tenido como reacción una legislación que empieza a prohibir o limitar su uso o comercialización. Año 2004, Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes: A partir de ese momento se abrió una oportunidad de mercado en la venta de plaguicidas a otro tipo de productos. Desde hace varios años, el sector de la Sanidad Vegetal tiende a utilizar soluciones orgánicas, por ejemplo a partir de extractos vegetales o minerales. Una oportunidad creciente de negocio que incluso las tradicionales empresas químicas no han dejado escapar. Estos productos vegetales son, quizás menos eficaces; pero menos costosos, biodegradables y más seguros que sus equivalentes sintéticos (aunque hay excepciones, como veremos) La industria de los bioplaguicidas La perspectiva de un mercado de nuevos productos insecticidas en el sector agrícola motivó el aumento del número de investigaciones sobre en los últimos 30 años. Se descubrieron propiedades insecticidas en muchas especies vegetales, como Cymbopogon citratus, Lantana camara, Lippia alba, Citrus paradisi, Citrus grandis, Hippocratea celastroides, Melia azedarach L, Ricinus communis, Satureja laevigata Standl, Melia azedarach, Solanum lycopersicum, Schoenocaulan officinale, Capsicum sp., y un largo etcétera. Actualmente la industria de bioplaguicidas está creciendo en todo el mundo. Existen más de 200 principios activos que se utilizan para fabricar más de 1.000 productos. Aunque en el mercado se han establecido productos basados en un número mucho menor de extractos vegetales. Cómo funcionan, cómo se producen los extractos vegetales Compuestos químicos primarios y secundarios Las plantas sintetizan compuestos químicos primarios (que intervienen en forma directa en su supervivencia, crecimiento y reproducción, como son la fontosíntesis, la asimilación de nutrientes, la síntesis de proteinas, etc) y compuestos químicos secundarios (que cumplen funciones no esenciales para su supervivencia). A los primeros se les llama metabolitos primarios y a los segundos metabolitos secundarios. Las propiedades repelentes o insecticidas de las plantas se encuentran entre estos compuestos secundarios: Dichas sustancias se comercializan como métodos alternativos para el control de plagas. La producción de extractos vegetales Los medios para extraer los componentes insecticidas o repelentes son diversos: Generalmente los productos obtenidos se comercializan combinados con algún tipo de adherente, como puede ser el jabón potásico, arcillas, etc. El control de plagas mediante extractos vegetales: tipos de extractos vegetales y su modo de acción Piretrinas El grupo de productos biopesticidas más numeroso es el elaborado a partir de las piretrinas de la margarita piretro (Tanacetum cinerariifolium). El uso de piretrinas en el control de plagas tiene varias ventajas: principalmente su rapidez de acción y su poca persistencia en el medio ambiente, pues se degradan fácilmente. Actúan por contacto, produciendo parálisis en una gran variedad de insectos, como pulgones, moscas blancas, trips, gorgojos, escarabajos, etc. Pero al ser un insecticida de amplio espectro y no selectivo,  su uso debería ser puntual y en casos de grave infestación, ya que puede afectar también a la fauna auxiliar beneficiosa. Dada su volatilidad, se han desarrollado productos sintéticos, con mayor estabilidad.  Azadiractina, el aceite de neem También son muy comercializados los productos que contienen azadiractina, como  es el caso del extracto o el aceite de neem (Azadiracta indica). La azadiractina tiene tres efectos principales en los insectos y ácaros: El aceite de neem se utiliza contra los ataques de moscas blancas, trips, pulgones, minadores, orugas, piojo rojo y blanco. Como la mayoría de biopesticidas, se trata de un producto muy volátil, pues la luz y el calor afecta a su acción. Por ese motivo se deben realizar las fumigaciones (siempre por vía foliar) en las primeras horas de la mañana o al atardecer.  Quasina La Quasina, un extracto de la madera o la corteza del árbol Quassia amara, se puede utilizar como insecticida de amplio espectro, para el control de áfidos, ácaros, minadores, orugas, escarabajos, etc. Su aplicación crea una película de sabor muy amargo sobre la planta que repele a los insectos picadores y chupadores. No causa problemas en la fauna auxiliar, como los insectos polinizadores o los predadores de plagas.  Los preparados a base de Quassia amara están incluidos en el listado de productos permitidos para el control de plagas y enfermedades en agricultura ecológica (Anexo B, Reglamento CEE 2092/91). Pueden ser utilizados sin limitación, a diferencia de las piretrinas y los preparados a base de Azadiractina (como el aceite de neem), que sólo se pueden usar si no hay ningún producto permitido capaz de controlar la plaga o enfermedad y hay una necesidad reconocida. Nicotina Desde antiguo se sabe que la nicotina, extracto del tabaco (Nicotiana tabacum, aunque también se puede obtener de otras plantas solanáceas), tiene acción insecticida por contacto. Su uso como insecticida tiene dos inconvenientes: su alta toxicidad para los animales de sangre caliente y que se trata de un insecticida de amplio espectro, que no respeta

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