Month: August 2018

Los bioplaguicidas como alternativa

Una oportunidad de mercado A partir de los años 50 el empleo de plaguicidas sintéticos para el control de plagas y malezas se generalizó en la agricultura debido a la reducción de mano de obra, su efectividad, simplicidad y rapidez de actuación. Pero con el transcurso del tiempo se han descubierto sus efectos sobre la salud humana, la fauna benéfica, los problemas que generan de contaminación ambiental y el desarrollo de resistencia en los insectos que ha reducido su eficacia. El mercado de plaguicidas sintéticos continúa creciendo, pero los consumidores son cada vez más conscientes de los daños que causan. Y los Gobiernos, a través de los órganos reguladores, aprueban menos plaguicidas, o los retiran gradualmente del mercado. Además el coste de nuevos pesticidas sintéticos se sitúa en unos US$240, mientras que el desarrollo de un nuevo biopesticida alcanza se establece en los US$15-25 millones”. Esta situación abre oportunidades la introducción de productos desarrollados por la biotecnología en el mercado de los insumos agrícolas. Ya se nota esa tendencia en el mercado: mientras el mercado de los plaguicidas sintéticos crece anualmente un 2%, los bioplaguicidas lo están haciendo en un 10% anual. Y es un hecho que el sector agrícola necesita productos eficaces contra las plagas y la maleza Los biopesticidas Existen varios productos en el mercado, pero el uso de biopesticidas, es decir, pesticidas derivados de materias de origen animal, vegetal, bacteriano y mineral, aún no se ha generalizado en la agricultura de producción intensiva. Prácticamente no se contemplan como sustitutos de los pesticidas, sino como un complemento a éstos. O en la agricultura orgánica, los biopesticidas se suelen utilizar como una herramienta que complementa las prácticas culturales en el control de plagas. Contrariamente a la opinión generalizada, un producto orgánico no significa necesariamente que esté libre de pesticidas, sino que éstos no son de naturaleza sintética. Los biopesticidas aprobados para su uso en agricultura orgánica suelen ser menos peligrosos que los pesticidas de síntesis, pero la naturaleza biológica o mineral de sus compuestos no significa que todos carezcan de efectos tóxicos. Por ejemplo, la rotenona, una sustancia de origen vegetal catalogada desde el año 2007 como toxina ambiental, y que tiene un grado de toxicidad similar al DDT, se comercializa en varios países para el control de plagas en árboles frutales, como pulgones, cochinillas, orugas, ácaros, etc. Sin embargo, por sus efectos tóxicos, la rotenona ha sido excluido del listado de productos fitosanitarios de la Unión Europea desde 2008. También los fungicidas que incluyen como principios activos determinados compuestos del cobre, y que son muy utilizados preventivamente en la producción intensiva de frutales, hortalizas, vid, etc, tienen un alto impacto ecotoxicológico, y varios estudios demuestran que son contaminantes del suelo. El prefijo bio, por consiguiente, no es necesariamente sinónimo de no tóxico. Al igual que sucede con los plaguicidas de síntesis, también es preciso evaluar los indicadores de riesgo de los bioplaguicidas. Además, dado que su aplicación requiere altas dosis, y generalmente mayor número de tratamientos, su impacto ecotoxicológico puede ser finalmente mayor que el de ciertos plaguicidas. Lo importante no es el origen natural de sus componentes, o su eficacia, sino su toxicidad y efectos sobre el medioambiente. Se suelen clasificar los biopesticidas según el origen de su ingrediente activo, que pueden ser microorganismos, bioquímicos y semioquímicos. Microorganismos Son empleados en el control de insectos, patógenos y también malezas. Se obtienen a partir de bacterias, hongos, virus y levaduras. Bacterias El biopesticida microbiano más usado en el mundo es el obtenido a partir de Bacillus thuringiensis (Bt), una bacteria que habita en el suelo. Los biopesticidas desarrollados a partir de ésta bacteria están formados por las endoesporas que producen, y los cristales de la proteina ∂-endotoxina que se forma durante el proceso de de esporulación. Sus ventas representan aproximadamente el 66% de las ventas de biopesticidas. Se utiliza para el preparado de productos, que deben ser ingeridos por el insecto plaga, y en la modificación genética de plantas, que resultan productoras de las toxinas Bt. En agricultura es usado para el control de lepidópteros, dípteros, coleópteros, hemípteros y nemátodos, que afectan a numerosos tipos de cereales, oleaginosas, frutas y hortalizas. El uso de productos que utilicen el Bacillus thuringiensis, para ser realmente eficientes, necesitan un conocimiento específico del estadío de desarrollo biológico de la plaga, pues prácticamente sólo afectan a los estadios larvarios L1 y L2 de las especies de plagas mencionadas. Por ese motivo es importante realizar un monitoreo de los cultivos y el estado de las plagas, o automatizar el proceso mediante un software como FuturCrop. Mico-fungicidas Son fungicidas biológicos desarrollados principalmente a partir de  hongos y bacterias. Suelen ser menos eficientes que los fungicidas de síntesis porque tienen ciertas limitaciones ambientales de aplicación, escasa vida útil, y son de acción lenta. Por ese motivo, no son recomendables en situaciones epidémicas, ni en en cultivos extensivos. Suelen utilizarse en cultivos intensivos en invernadero. Se han comercializado varios mico-herbicidas para cultivos de soja, arroz y cítricos. Sin embargo tienen algunas limitaciones respecto a su eficacia, persistencia, dispersión, y pueden causar daños a especies que no son el objetivo de acción. Virus entomopatógenos Se conocen alrededor de 450 especies de virus capaces de causar enfermedades a insectos y ácaros. Los más usados como biopesticidas pertenecen a la familia de los Baculovirus (como los virus de la poliedrosis nuclear o nucleopoliedrovirus), que afectan 13 subfamilias de lepidópteros. Es la familia de virus más estudiada, pero afectan exclusivamente a lepidópteros. Generalmente los virus tienen una limitación de eficacia a los insectos para los que fueron aislados. Tienen bajo impacto ecotoxicológico y, según las pruebas de laboratorio  son eficaces contra todos los estados larvarios del insecto. Bioquímicos Bajo esta denominación se incluyen una amplia variedad de productos para el control de plagas, desarrollados a partir de feromonas de insectos, extractos de aceites vegetales y botánicos. Extractos vegetales de toxinas (fitopesticidas) Existen  numerosas familias vegetales con capacidad insecticida, como la Familia Piperaceae, Liliaceae (Allium) y Brassicaceae (Crucíferas). Se conocen 2,400

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la revolución verde

La Revolución Verde

El modelo de producción agrícola intensiva: Norman Ernest Borlaug Se repite constantemente que el problema del hambre en el mundo no es un problema de producción de alimentos, sino de reparto de las calorías producidas. Y se valida de este modo un sistema de producción agrícola predominante desde los años 50, que prima a cualquier coste la productividad por hectárea. Y es cierto que globalmente la producción agrícola ha aumentado el rendimiento por superficie cultivada. Este modelo de producción agrícola intensiva supuso una revolución en los años 50 y fue consecuencia, entre otros, de la labor de un insigne ingeniero agrónomo, genetista y fitopatólogo norteamericano llamado Norman Ernest Borlaug. Al conjunto de técnicas que promovieron este incremento en la productividad agrícola se le denominó Revolución Verde, y se basaba principalmente en la utilización de variedades de semillas de alto rendimiento, cultivadas en grandes extensiones de monocultivo, y en la utilización de grandes cantidades de fertilizantes, fitorreguladores y pesticidas. Borlaug es considerado por muchos el padre de la agricultura moderna, y recibió en 1970 el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos en la erradicación del hambre y la desnutrición en los países desarrollados. Se trataba de adaptar, mediante tecnología química y mecánica, la Naturaleza a las necesidades humanas de consumo de alimentos. Fue el inicio del proceso de industrialización en la producción de agrícola. Este tipo de agricultura hizo posible la internacionalización de la comercialización agrícola. Con financiación de la Fundación Rockefeller, Borlaug inició sus trabajos en 1945 en Sonora (México), donde había un gran problema con distintos tipos de roya que afectaba a los trigales mexicanos. Su equipo de investigación logró el desarrollo de variedades enanas de trigo de alto rendimiento, amplia adaptación, resistentes a enfermedades y con alta calidad industrial, con las cuales México incrementó notablemente su producción. Sus resultados fueron juzgados como un éxito por la Fundación Rockefeller la cual ayudó a su propagación a otros países. En 1961 el Ministerio de Agricultura de la India invitó a Borlaug y se promovió el uso de una variedad de arroz semienana (IR8), capaz de producir más granos de arroz por planta en determinadas condiciones de fertilización y riego. Se multiplicó por 10 el rendimiento del arroz tradicional y en 10 años, se redujo a la mitad el coste de arroz en la India. La Revolución Verde obtuvo un gran éxito en el aumento de la producción de cereales, gracias a las nuevas técnicas de producción se consiguió aumentar un 250% la producción de grano mundial. Los problemas de la Revolución Verde Pero el principio de incremento de la productividad agrícola que perseguía a toda costa, y la aplicación de las técnicas para conseguirlo, han cambiado casi totalmente el proceso de producción agrícola. El valor nutricional de las cosechas y el empobrecimiento de la diversidad genética Los cultivos de cereales de alto rendimiento, esas variedades obtenidas por los investigadores predominan en la actualidad, pese a que su valor nutricional es actualmente cuestionado (proteinas de baja calidad, alto contenido en hidratos de carbono, y calorías, deficiencias en aminoácidos esenciales, etc). Esos cultivos tan productivos han empobrecido la dieta humana global y están empobreciendo diversidad genética (componente básico de la biodiversidad). Invonvenientes de los monocultivos Además el sistema de monocultivo y la producción agrícola industrializada tiene varios aspectos negativos que perjudican tanto al productor como al agricultor. Los monocultivos genéticamente homogéneos aumentan el peligro de ataque masivo de plagas y enfermedades, haciendo habitual y repetitiva la aplicación de plaguicidas. De hecho, de manera similar a como ha crecido la productividad agrícola en el mundo, ha crecido el sector comercial que suministra insumos químicos a la agricultura. La utilización de fitosanitarios La utilización de productos químicos, fertilizantes y pesticidas, para incrementar la productividad de los cultivos ha provocado desequilibrios ambientales y graves problemas para la salud humana, muchos de ellos aún por determinar. Actualmente, la agricultura es uno de los sectores que indirectamente más contaminación produce. La Revolución Verde es posible que haya disminuido el número de hambrientos (aunque actualmente se estima que todavía existen en el mundo unas 1.000 millones de personas hambrientas); pero también es cierto que existen unos 1.200 millones de personas con problemas de obesidad. El coste medioambiental y en la salud de las personas aún está por determinar. Vínculos externos Enseñanzas de la revolución verde: hacia una nueva revolución verde. Cumbre mundial sobre la alimentación. FAO, 1996 La Inacabada Revolución Verde – El Futuro Rol de la Ciencia y la Tecnología en la Alimentación del Mundo en Desarrollo by Norman E.Borlaug and Christopher Dowswell. Iowans Who Fed The World – Norman Borlaug: Geneticist.

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