Month: November 2016

Pesticidas que pierden eficacia, el negocio de los laboratorios, y no hay soluciones sencillas

Control químico de plagas agrícolas El desarrollo y comercialización de insecticidas químicos, a partir de los años 40, consiguió reducir inicialmente las pérdidas en la producción agrícola causada por plagas y enfermedades. Los pesticidas, se dijo, son esenciales para asegurar la producción de las cosechas y hacerlo a bajo coste. Sin embargo, se ha visto con el tiempo que, a pesar del incremento en el uso de pesticidas, el valor de estas pérdidas parece haber aumentado. ¿Cómo es posible que se gaste más dinero y que el problema persista?. La falta de eficacia de un producto químico en el tratamiento de una plaga puede estar determinada por varios factores (malas mezclas, aplicaciones inadecuadas, pH no adecuados, etc). Pero el mayor problema de estos productos es el de la resistencia que las plagas desarrollan a los productos químicos. No es un descubrimiento reciente. En los inicios de los tratamientos químicos con DDT se observó que se morían la mayoría de insectos, pero unos pocos sobrevivían, y que se apareaban entre sí. Y las siguientes fumigaciones iban seleccionando los insectos más resistentes, simplemente porque los vulnerables al insecticida se morían. El producto químico es eficaz con el individuo más débil de la plaga y selecciona el individuo resistente, que sobrevive. No se trata de una reacción de los insectos frente al insecticida, de una cualidad que los insectos desarrollan, sino de mutaciones preadaptativas y hereditarias. (El DDT fue prohibido en 1978, 30 años después de que le fuera otorgado el premio Nobel a su descubridor). Hoy en día, ya es un hecho conocido que plagas que inicialmente fueron susceptibles a dosis relativamente bajas de un producto insecticida, después de sucesivas aplicaciones, necesitan dosis cada vez mayores, progresivamente, hasta que eventualmente el insecticida prácticamente ya no tiene efecto sobre la plaga. Este hecho que observamos tan frecuentemente en la actualidad se debe a que los tratamientos químicos actúan como procesos de selección de los individuos con mayor resistencia a los tratamientos. En una población normal, sin tratamientos con insecticidas, los genes de resistencia al producto químico están presentes en baja frecuencia. Pero el uso prolongado de insecticidas provoca la selección de insectos resistentes, es decir, de insectos con la capacidad de tolerar dosis de veneno que sería mortal para la mayoría de individuos de la misma especie. Tipos de resistencias a los insectidas químicos La resistencia que desarrollan las plagas al químico insecticida puede ser de dos tipos. La resistencia es cruzada, cuando se desarrolla una resistencia a distintos insecticidas relacionados toxicológicamente, que tienen una misma acción, como organoclorados y piretroide. Tal es el caso en el que la plaga llega a desarrollar resistencia a la Deltametrina y a la Cipermetrina, aunque este último no haya sido aplicado. Por otro lado, la resistencia se denomina múltiple, cuando hay una resistencia a insecticidas con distinto modos de acción, como es el caso del Clorpirifós y el Spinosad. La evolución de resistencias a los insecticidas está bien documentada. En 1946 había 11 especies de artrópodos con resistencia a pesticidas. En 1970 fueron 224. Y en 1984, 447 especies de artrópodos eran resistentes a pesticidas. La resistencia más frecuente se da en el orden de los dípteros, seguido de lepidópteros y coleópteros. Las especies resistentes a pesticidas incluyen la mayoría de las principales plagas. La paradoja de aumentar el consumo de insecticida y disminuir su eficacia Dado que las plagas se van haciendo más resistentes, el agricultor proporciona cada vez una dosis mayor de insecticida a las plagas. Con el paso del tiempo, el insecticida tiene menos efecto en el control de las plagas. Y como el tratamiento no tiene efecto, se incrementa el número de aplicaciones, y se aumentan las dosis. Así es el comportamiento instintivo del ser humano. Sin embargo, este proceder no hace otra cosa que acelerar el propio proceso de selección de los individuos más resistentes al producto químico. El aumento de las repeticiones de insecticida no controla de manera más eficaz la plaga, sino que generamos una mayor incidencia de individuos resistentes. Porque la aplicación de más tratamientos seguidos acentúa la eliminación de insectos sensibles, que pueden diluir los genes de resistencia. Hasta que, finalmente, y como resultado de las sucesivas e indiscriminadas fumigaciones, hemos seleccionado un conjunto de individuos con capacidad para sobrevivir a la exposición de insecticida que para otros habría sido letal. El negocio de los laboratorios Actualmente el mercado de insecticidas químicos está concentrado en 3 grandes multinacionales. Estas compañías suman el 70% del mercado mundial. Un negocio global que mueve anualmente más de 100.000 millones de dólares. Hace 50 años que se repite que los pesticidas son esenciales para el suministro de alimentos a bajo coste. Sin embargo, las pérdidas anuales de las cosechas por plagas siguen aumentando. Y curiosamente sigue aumentando el consumo de pesticidas químicos. El verdadero problema de los pesticidas es que las plagas desarrollan resistencias a los químicos en un corto período de tiempo. Cuando el insecticida tiene un efecto menor, los agricultores aumentan las dosis y/o la frecuencia de tratamiento. Pero hay un negocio detrás. Cuando finalmente el producto pierde efecto por completo, no hay problema, las empresas ya han inventado otros productos. De hecho, ya lo tenían preparado. Empieza entonces una intensa labor de marketing entre los agricultores para potenciar el consumo de los nuevos productos químicos, más eficientes, y menos dañinos para la salud. Esas empresas sólo tienen que mostrar las ventajas de sus nuevos productos frente a sus otros productos, que ya no tienen efecto. Así Bayer compra Monsanto por 66.000 millones de dólares, y ChemChina compra Sygenta por 43.000 millones de dólares. Cómo prevenir el desarrollo de resistencia a los insecticidas Si comprendemos los factores que influyen en el desarrollo de resistencias de las plagas a los productos químicos, podremos presentar medidas para combatir el fenómeno: Teniendo en cuenta estos factores, podemos enunciar algunas medidas que pueden frenar el mecanismo de selección de las poblaciones: Más información Insecticide Resistance Action Comittee (IRAC) IRAC Mode of Action

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CAMBIO CLIMÁTICO

El Cambio climático y el control de plagas

El Cambio Climático y el control de plagas El Calentamiento Global asociado al Cambio Climático y el control de plagas tienen efectos asociados. El aumento global de las temperaturas afecta a la densidad de las poblaciones de las plagas agrícolas, su distribución geográfica y al período de tiempo en que pueden estar activas. Los cambios inducidos por el clima presentan desafíos para los programas agrícolas sostenibles, basados en el manejo integrado de plagas (MIP). Si la producción de alimentos a nivel mundial tiene que mantener el ritmo de crecimiento de la demanda, necesitamos nuevas maneras de producir, una adecuación de los programas en el MIP y la mejora de los tiempos de respuesta a los nuevos brotes de plagas. El aumento de las temperaturas Las temperaturas en la mayoría de las regiones del mundo están aumentando, y ya hay indicios de que las plagas y las plantas están respondiendo a los cambios. Estas temperaturas no son sólo el resultado de los días más calurosos de verano, sino también de menos días fríos y menos heladas. Esto puede favorecer el crecimiento de  hongos y plagas, alterando la interacción del triángulo de la enfermedad (hospedero – patógeno – ambiente),  y por tanto reducciones en la producción de los cultivos. A raíz de estos cambios se presentan algunos desafíos que se deben planificar: Expansión de las plagas En el hemisferio norte, ya se están detectando la migración desde el sur de poblaciones de plagas. Una de las razones para tales expansiones es un cambio en los patrones de las heladas. A medida que aumentan las temperaturas, baja la frecuencia de heladas y aumentan los períodos libres de las mismas, que dan como resultado un aumento de la duración e intensidad de las plagas. El incremento de las temperaturas propiciará que los productores puedan anticipar la plantación de sus cultivos. Estas plantas, al estar disponibles para las plagas que los infestan, permitirán que las poblaciones de plagas crezcan de forma aún más rápida, al añadir generaciones adicionales durante el período de crecimiento. Esto significa que muchas plagas sufrirán aumentos importantes de población al final de la temporada correspondiente. Plagas transfronterizas Nuevas especies de plagas llegan con frecuencia de un país a otro, debido principalmente al rápido movimiento de personas y mercancías. Sin embargo, las temperaturas cada vez más cálidas, significa que las plagas que antes no podían sobrevivir ahora pueden prosperar en su nuevo entorno. Cambios en los ecosistemas Las temperaturas más cálidas beneficiarán algunas especies de plagas por encima de otras. Además, esto podría llevar a que se eliminaran poblaciones de insectos, como podría ser la de algún parásito, que podría conducir a un aumento de los daños causados por algunas especies (como los de algunos tipos de orugas) que probablemente redundaría en un aumento de las aplicaciones de pesticidas. Software de control de plagas El manejo integrado de plagas (MIP) es la estrategia más ampliamente utilizada para el control de plagas. Este enfoque integra generalmente controles biológicos (depredadores, parásitos y patógenos), controles químicos (pesticidas) y controles culturales (variedades de cultivos resistentes, los tiempos de siembra, etc) para reducir las plagas por debajo del umbral de población que causarán pérdidas económicas. La mayoría de los investigadores y productores tratan de diseñar programas de MIP que maximicen los retornos económicos y  de sostenibilidad, al tiempo que minimizan los posibles impactos ambientales. Esta estrategia se basa en un amplio conocimiento de cuantos insectos pueden tolerarse antes de que se produzcan pérdidas de rendimiento. Ya actualmente, debido a que el desarrollo del insecto es más rápido a temperaturas más altas, las poblaciones se desarrollan más rápidamente y, por tanto, los daños a los cultivos ocurren antes de lo esperado, obligando a adecuar los umbrales de tratamiento basados en insectos por planta. Los programas de MIP que se basan en modelos fenológicos que correlacionan la temperatura y el desarrollo biológico, como es el caso de FuturCrop, pueden ser la solución para poder anticipar los eventos de las plagas y para dar respuesta a estos cambios de patrones debido a la variación anual de temperaturas. El control diario de las fases de la plaga en su ciclo biológico permite precisar la fecha en que se producen cambios de estado en el desarrollo de la plaga (oviposición, fases larvarias, pico de vuelos) etc. De este modo es posible adecuar el tipo de tratamiento con la fase de la plaga en que es más eficiente. Hay Informes que detallan que incluso los aumentos de temperatura que se han producido hasta la fecha, pueden reducir la eficacia de los agentes patógenos. En algunos casos, el aumento de las temperaturas pueden reducir en gran medida eficacia de los parásitos/predadores de plagas. Por ejemplo, las diferencias entre las tolerancias térmicas del anfitrión y sus parasitoides pueden conducir a la separación temporal o geográfica entre unos y otros. La mosca Drosophila Simulans, que es un huésped adecuado para la avispa Leptopilina heterotoma a temperaturas entre 18 ° C y 22 ° C se convierte en un pobre anfitrión a 26 ° C. Las temperaturas favorecerá a las plagas con ciclos reproductivos cortos y múltiples generaciones anuales. Debido al aumento de la tasa de desarrollo a temperaturas más altas, estas especies podrían añadir aún más generaciones y así podrían alcanzar potencialmente una población mucho mayor al final de la temporada. El efecto máximo se puede esperar en aquellas regiones donde las temperaturas crecientes eliminen por completo las heladas, lo que permite a este tipo de plagas que se reproduzcan durante todo el año. Esto permitirá una variedad de nuevas plagas tropicales y subtropicales que se expandirán en estas áreas. Los efectos de estos cambios en la diversidad de los ecosistemas naturales y agrícolas probablemente serán profundos. Recomendaciones Más información Cinco formas en las que el cambio climático intensifica las amenazas para la salud de las plantas. FAO El cambio climático, las plagas y las enfermedades transfronterizas. FAO

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Climate Change and pest control

Climate change and pest management

Climate change and pest management Global warming associated with climate change and pest control have associated effects. Rising global temperatures affect the density of agricultural pest populations, their geographic distribution and the length of time they may be active. Climate-induced changes present challenges for sustainable agricultural programs based on integrated pest management (IPM). If global food production is to keep pace with growing demand, we need new ways of producing, an adaptation of IPM programs and improved response times to new pest outbreaks. Rising temperatures Temperatures in most regions of the world are rising, and there are already signs that pests and plants are responding to the changes. These temperatures are not only the result of warmer summer days, but also fewer cold days and less frost. This can favor fungal and pest growth, altering the interaction of the disease triangle (host – pathogen – environment), and thus reductions in crop production. The spread of pests In the Northern Hemisphere, migration of pest populations from the south is already being detected. One of the reasons for such expansions is a change in frost patterns. As temperatures increase, frost frequency decreases and frost-free periods increase, resulting in an increase in pest duration and intensity. Increased temperatures will allow growers to anticipate the planting of their crops. These plants, by being available to the pests that infest them, will allow pest populations to grow even faster by adding additional generations during the growing season. This means that many pests will experience significant population increases at the end of the respective season. Transboundary pests New pest species frequently arrive from one country to another, mainly due to the rapid movement of people and goods. Increasingly warmer temperatures, however, mean that pests that previously could not survive can now thrive in their new environment. Changes in the ecosystems Warmer temperatures will benefit some pest species over others. In addition, this could lead to the elimination of insect populations, such as a parasite, which could lead to increased damage caused by some species (such as some types of caterpillars) that would likely result in increased pesticide applications. Pest control software Integrated pest management (IPM) is the most widely used strategy for pest control. This approach generally integrates biological controls (predators, parasites and pathogens), chemical controls (pesticides) and cultural controls (resistant crop varieties, planting times, etc.) to reduce pests below threshold populations that will cause economic losses. Most researchers and producers seek to design IPM programs that maximize economic and sustainability returns while minimizing potential environmental impacts. This strategy is based on a broad knowledge of how many insects can be tolerated before yield losses occur. Already today, because insect development is faster at higher temperatures, populations develop more rapidly and, therefore, crop damage occurs earlier than expected, forcing treatment thresholds based on insects per plant to be adjusted. IPM programs based on phenological models that correlate temperature and biological development, such as FuturCrop, can be the solution to anticipate pest events and to respond to these pattern changes due to annual temperature variation. Daily monitoring of the pest stages in its biological cycle makes it possible to pinpoint the date on which changes in the pest’s development occur (oviposition, larval stages, peak flight) etc. In this way it is possible to match the type of treatment with the phase of the pest in which it is most efficient. There are reports detailing that even the temperature increases that have occurred to date can reduce the effectiveness of pathogens. In some cases, increased temperatures can greatly reduce efficacy of pest parasites/predators. For example, differences between the thermal tolerances of the host and its parasitoids can lead to temporal or geographic separation between the host and parasitoids. The fly Drosophila Simulans, which is a suitable host for the wasp Leptopilina heterotoma at temperatures between 18°C and 22°C becomes a poor host at 26°C. Temperatures will favor pests with short reproductive cycles and multiple annual generations. Due to the increased rate of development at higher temperatures, these species could add even more generations and thus could potentially reach a much larger population at the end of the season. The maximum effect can be expected in those regions where rising temperatures completely eliminate frost, allowing these pests to reproduce throughout the year. This will allow a variety of new tropical and subtropical pests to expand in these areas. The effects of these changes on the diversity of natural and agricultural ecosystems are likely to be profound. Recommendations Information Five ways climate change is intensifying the threats to plant health. FAO Sustainable management of transboundary plant pests and diseases in the Near East and North African region, FAO

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Mejora el monitoreo de plaags y la eficacia de sus tratamientos

Como mejorar el monitoreo y tratamiento de plagas

Pérdidas mundiales de cosecha debido a plagas y enfermedades La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que la producción agrícolas mundial pierde aproximadamente un 40% debido a plagas y enfermedades. El valor económico de esas pérdidas, fue en el año 2016, aproximadamente, USD 40.000.000.000. Controlar esas pérdidas no puede depender exclusivamente en la aplicación de insecticidas químicos., cuyo gasto agrícola ascendió en el mismo año a 59.000.000 USD. La agricultura actual está condicionada por la sostenibilidad, produciendo más y mejor, sin aumentar los recursos de la tierra y el agua y, sobre todo, minimizando su impacto ambiental, obteniendo alimentos con el mínimo de residuos químicos en los alimentos. Para ello se necesitan herramientas de gestión de la información que al menor coste ayude a mejorar el monitoreo de plagas y tratamientos. Software para mejorar el monitoreo y tratamiento de plagas Información para el monitoreo de plagas La agricultura cuenta ya con desarrollos tecnológicos que facilitan la toma de decisiones en el consumo de insumos agrícolas. Actualmente se están controlando mediante sensores las necesidades de agua o fertilizantes. Y existen nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación que facilitan la información necesarias para optimizar un Manejo Integrado de Plagas. Referente al control de plagas, los agricultores necesitan visitar el campo para comprobar el estado de los cultivos y realizar muestreos. Para facilitar esa tarea, FuturCrop es un software que ha sido desarrollado para optimizar los momentos de muestreo y reducir a lo necesario y eficiente los tratamientos realizados (tanto fitosanitarios como biológicos). El conocimiento previo de lo que es necesario monitorear ahorra tiempo y dinero. Las plagas tienen distintos hábitos según su fase de desarrollo, difieren en su distribución en el cultivo, así como los lugares donde se encuentra. Si se tiene información previa sobre qué plaga es probable que aparezca en los cultivos y en que fase de desarrollo se encuentra es posible planificar y optimizar las visitas a campo. Las recomendaciones de monitoreo de FuturCrop se adecuan al tipo de plaga y a su estado de desarrollo biológico. FuturCrop envía alertas del cambio en el desarrollo biológico de las plagas. De este modo se controla el momento de aparición, o si se acelera su ciclo biológico. El software calcula la fecha en que se producirá la siguiente fase del ciclo biológico de la plaga, facilitando de este modo el monitoreo o tratamiento. FuturCrop predice la fecha en que se producirá el siguiente cambio en su desarrollo biológico. Guía de tratamientos eficientes Indicaciones para mejorar el monitoreo y tratamiento de las siguientes plagas: Más información

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